En los últimos meses, la Ertzaintza ha emitido alertas sobre el creciente consumo de una droga conocida como ‘cocaína rosa’, cuyo nombre real es tusi o 2C-B. Esta sustancia, que se presenta en un vibrante color fucsia, no contiene cocaína, a pesar de su apodo. Se trata de una droga de diseño que combina diferentes sustancias, lo que la convierte en un cóctel potencialmente peligroso para la salud de quienes la consumen.
El tusi ha comenzado a aparecer con mayor frecuencia en el ocio nocturno de Gipuzkoa, especialmente desde su primera detección en Irun en octubre del año pasado. Desde entonces, se han abierto varios expedientes administrativos por posesión de esta droga. Los agentes de la Ertzaintza han notado un aumento en los comportamientos extraños de los consumidores, que presentan síntomas de alucinaciones y estados de euforia extrema, reminiscentes de los efectos del LSD en décadas pasadas.
Los efectos del tusi son altamente variables, dependiendo de la mezcla de sustancias que contenga. Puede incluir ketamina, MDMA, cafeína y otros componentes, lo que hace que cada experiencia sea única y, a menudo, impredecible. Esta falta de conocimiento sobre lo que realmente se está consumiendo representa un grave riesgo, ya que las reacciones pueden ser drásticas y peligrosas.
La combinación de un depresor como la ketamina y un estimulante como el MDMA puede provocar efectos adversos severos, incluyendo ataques cardíacos, taquicardias y episodios de pánico. La Ertzaintza ha documentado casos de intoxicaciones en Irun, donde dos personas tuvieron que ser hospitalizadas tras consumir tusi en fiestas. Los síntomas que presentaron fueron tan graves que requirieron atención psiquiátrica para recuperarse de las alucinaciones y comportamientos agresivos.
El proceso de fabricación del tusi es relativamente simple y no requiere de laboratorios sofisticados. Los traficantes suelen mezclar los ingredientes en un bol y añadir colorantes para darle el atractivo color rosa. Este método manual y poco profesional aumenta el riesgo de intoxicaciones, ya que la falta de precisión en las medidas puede resultar en dosis peligrosas.
El perfil del consumidor de tusi tiende a ser joven, con un rango de edad que abarca desde adolescentes hasta personas de 40 años, quienes frecuentan ambientes nocturnos. La mezcla de tusi con alcohol y bebidas energéticas es común, lo que incrementa aún más los riesgos asociados al consumo. La Ertzaintza ha observado que esta combinación puede intensificar los efectos de la droga, convirtiéndose en una “bomba” para el organismo.
El atractivo visual del tusi, con su color vibrante y presentaciones llamativas, es parte de una estrategia de marketing utilizada por los traficantes para atraer a los consumidores. El precio del tusi es considerablemente más alto que el de otras drogas, alcanzando hasta 100 euros por gramo, casi el doble del costo de la cocaína. Esto refleja la creciente demanda y la percepción de exclusividad que rodea a esta sustancia.
A pesar de que el consumo de tusi en Gipuzkoa se ha detectado en cantidades relativamente pequeñas, la preocupación por su aumento es palpable. La Ertzaintza ha señalado que, aunque no se han encontrado grandes alijos, la tendencia a nivel estatal muestra un incremento en las incautaciones de esta droga. Recientemente, se llevaron a cabo operativos que resultaron en la confiscación de grandes cantidades de tusi y otras drogas sintéticas en diversas localidades de España.
La falta de información clara sobre los efectos a largo plazo del tusi y sus variaciones es motivo de inquietud para las autoridades. A medida que el consumo de esta droga se expande, se vuelve crucial que tanto los consumidores como los profesionales de la salud estén informados sobre los riesgos asociados. La Ertzaintza continúa trabajando para educar al público y prevenir el consumo de esta peligrosa sustancia, mientras se enfrenta a un fenómeno que recuerda a épocas pasadas de consumo de drogas en la sociedad.