La tradición quesera en el País Vasco es un legado que se ha transmitido de generación en generación, y una de las figuras más destacadas en este ámbito es Puy Arrieta. Junto a su esposo Jon Etxebarria, Puy ha dedicado su vida a la elaboración de quesos artesanales en un entorno natural privilegiado, a las faldas del monte Gorbea. Su historia es un reflejo del amor por la tierra, la cultura y el oficio que han marcado su trayectoria.
### Raíces de una Pasión Artesanal
Puy Arrieta nació en la localidad de Araia, en Álava, donde desde pequeña estuvo en contacto con la naturaleza y las tradiciones rurales. Su vida dio un giro significativo cuando se trasladó a Zeanuri por amor a Jon, quien comparte su pasión por la quesería. Juntos, han creado un espacio donde la tradición se encuentra con la innovación, produciendo quesos que no solo son un deleite para el paladar, sino que también cuentan una historia.
La quesería Ipiñaburu, donde trabajan, se ha convertido en un referente en la producción de queso Idiazabal, un producto con Denominación de Origen que destaca por su sabor y calidad. Este queso, elaborado con leche cruda de oveja, es un símbolo de la gastronomía vasca y refleja el compromiso de Puy y Jon con la preservación de las técnicas tradicionales de elaboración.
La pasión de Puy por la quesería no se limita solo a la producción. Ella también se ha convertido en una embajadora de la cultura quesera, participando en ferias y eventos donde comparte su conocimiento y amor por el queso. Su enfoque en la educación y la divulgación es fundamental para mantener viva la tradición quesera en la región.
### El Proceso de Elaboración del Queso Idiazabal
El proceso de elaboración del queso Idiazabal es un arte que requiere dedicación y atención al detalle. Desde la selección de la leche hasta el curado del queso, cada paso es crucial para obtener un producto de alta calidad. Puy y Jon utilizan leche de ovejas de razas autóctonas, lo que garantiza un sabor único y característico en sus quesos.
La recolección de la leche se realiza de manera cuidadosa, asegurando que se mantenga la frescura y las propiedades organolépticas. Posteriormente, la leche se calienta y se le añade cuajo, un proceso que inicia la coagulación. Una vez que la cuajada se forma, se corta y se calienta nuevamente, permitiendo que los sabores se concentren.
El siguiente paso es el moldeado, donde la cuajada se coloca en moldes para darle forma al queso. Después, los quesos se salan y se dejan curar en condiciones controladas. Este proceso de curado puede variar en duración, lo que influye en el sabor y la textura del producto final. Puy enfatiza la importancia de la paciencia en este proceso, ya que un buen queso requiere tiempo para desarrollar su carácter.
Además de la técnica, el entorno natural en el que se encuentra la quesería Ipiñaburu también juega un papel fundamental en la calidad del queso. La flora y fauna del monte Gorbea aportan matices únicos al sabor del queso, convirtiéndolo en un producto auténtico y representativo de la región.
### La Importancia de la Sostenibilidad en la Quesería
En un mundo cada vez más consciente de la sostenibilidad, Puy y Jon han adoptado prácticas que minimizan el impacto ambiental de su producción. Desde el manejo responsable de los recursos hasta la utilización de energías renovables en su quesería, su compromiso con el medio ambiente es evidente.
La sostenibilidad también se refleja en la forma en que manejan su rebaño de ovejas. Se enfocan en prácticas de pastoreo que no solo benefician a los animales, sino que también contribuyen a la salud del ecosistema local. Este enfoque holístico no solo mejora la calidad de la leche, sino que también asegura que las futuras generaciones puedan disfrutar de la rica tradición quesera del País Vasco.
Puy Arrieta es un ejemplo de cómo la pasión, la tradición y la sostenibilidad pueden unirse para crear productos excepcionales. Su dedicación a la quesería no solo preserva un legado cultural, sino que también inspira a otros a valorar y respetar la riqueza de la gastronomía local. En un mundo donde la producción masiva a menudo eclipsa la calidad, la historia de Puy y Jon es un recordatorio de la importancia de lo artesanal y lo auténtico.