El 28 de abril de 2025, España y Portugal se enfrentaron a un apagón masivo que dejó a millones de personas sin electricidad. Este evento, que ocurrió a las 12:33:16, fue el resultado de una serie de fluctuaciones en la red eléctrica que desataron un caos sin precedentes. Aunque el incidente fue rápidamente controlado, la magnitud del apagón y la respuesta del sistema eléctrico español han suscitado un intenso debate sobre la resiliencia y la capacidad de respuesta de la infraestructura energética del país.
**Causas del Apagón: Un Evento Sin Precedentes**
El apagón se inició con una fluctuación de frecuencia en la red, un fenómeno que, aunque no es inusual, se convirtió en un desafío monumental cuando una segunda fluctuación ocurrió apenas 1,3 segundos después de la primera. Este doble golpe provocó que el sistema eléctrico de España y Portugal se desconectara, dejando a ambos países a oscuras. En el Centro de Control Eléctrico de Red Eléctrica, donde se monitorea el funcionamiento del sistema, se activaron todas las alarmas. Sin embargo, la situación se tornó crítica rápidamente, y el personal tuvo que actuar con rapidez para evitar un colapso total.
La respuesta inmediata fue crucial. A las 12:44, se logró restablecer la conexión con Francia, lo que permitió que la energía comenzara a fluir nuevamente hacia el sistema español. A las 13:04, se inyectaron 519 MW de energía desde Marruecos, lo que, aunque representaba solo un 5% de la demanda total, fue suficiente para iniciar el proceso de recuperación. Este tipo de colaboración internacional es fundamental en situaciones de emergencia, y en este caso, fue un salvavidas para el sistema eléctrico español.
**La Respuesta del Sistema Eléctrico: Un Esfuerzo Coordinado**
La recuperación del sistema eléctrico fue un proceso complejo que requirió la colaboración de múltiples empresas energéticas. Red Eléctrica de España (REE) coordinó a las principales generadoras, como Iberdrola, Endesa, Naturgy y Acciona, para que activaran sus instalaciones de manera ordenada. La clave del éxito radicó en la capacidad de estas empresas para responder rápidamente a las órdenes del operador del sistema.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, destacó que su flota estaba lista para entrar en acción en cuanto se recibieron las instrucciones. Las centrales de bombeo eléctrico, que son una de las tecnologías más eficientes para respaldar el sistema, comenzaron a funcionar casi de manera automática. Este tipo de tecnología es esencial para garantizar que la red pueda adaptarse a las fluctuaciones de demanda y oferta de energía.
A medida que se restablecía la energía, el proceso se asemejaba a una orquesta donde cada músico, aunque ubicado en diferentes lugares, debía tocar en perfecta armonía bajo la dirección del centro de control. La coordinación fue vital para ajustar la demanda de energía con la cantidad que se estaba inyectando en la red. Este ajuste es crítico, ya que un exceso de energía podría haber provocado un nuevo colapso.
Las empresas generadoras también tuvieron que lidiar con el desafío de arrancar sus instalaciones. Las plantas de ciclos combinados, que pueden aumentar su potencia de generación rápidamente, fueron puestas en marcha. Sin embargo, este proceso no es instantáneo y puede tardar hasta 30 minutos en estabilizarse. A pesar de los contratiempos, en menos de 24 horas, casi el 100% del sistema eléctrico volvió a estar operativo, un logro notable en comparación con otros incidentes similares en Europa.
**Lecciones Aprendidas y el Futuro del Sistema Eléctrico**
El apagón del 28 de abril ha puesto de manifiesto la necesidad de mejorar la infraestructura eléctrica de España. A medida que el país avanza hacia una mayor dependencia de fuentes de energía renovables, como la solar y la eólica, es esencial que la red eléctrica esté equipada para manejar estas nuevas demandas. La integración de baterías y tecnologías de almacenamiento de energía será fundamental para garantizar la estabilidad del sistema en el futuro.
Además, la colaboración internacional debe ser una prioridad. La capacidad de España para recibir energía de países vecinos fue crucial para la recuperación rápida del sistema. Esto subraya la importancia de fortalecer las interconexiones eléctricas con otros países europeos, lo que no solo mejorará la resiliencia del sistema, sino que también facilitará la transición hacia un modelo energético más sostenible.
El apagón del 28 de abril de 2025 será recordado como un evento que puso a prueba la capacidad de respuesta del sistema eléctrico español. A medida que el país avanza hacia un futuro más sostenible, es fundamental aprender de esta experiencia para evitar que se repita en el futuro.