En la actualidad, se ha intensificado el debate sobre la responsabilidad de la generación boomer en los problemas económicos que enfrentan los jóvenes. Este fenómeno ha llevado a la creación de una narrativa que culpa a un grupo social específico por las dificultades que atraviesan las nuevas generaciones. Sin embargo, es crucial analizar la realidad detrás de estas afirmaciones y entender el contexto histórico y económico que ha moldeado la vida de los boomers.
### La Realidad Laboral de los Boomers
La generación boomer, que abarca a aquellos nacidos entre 1946 y 1964, ha vivido una serie de cambios económicos y sociales significativos a lo largo de su vida. Su trayectoria laboral comenzó en un periodo de transición en España, justo después de la muerte del dictador en 1975. En ese momento, el país enfrentaba un desempleo creciente, que pasó del 3% al 22% en la década de los 80. Este aumento del desempleo estuvo acompañado de una reconversión industrial que afectó a muchos trabajadores, especialmente a aquellos que se encontraban en la mitad de su carrera.
A lo largo de los años, los boomers han experimentado crisis económicas que han impactado su estabilidad laboral. La crisis financiera de 2008, por ejemplo, resultó en un aumento del desempleo que superó el 26%. Durante estos años, muchos boomers se vieron obligados a aceptar trabajos precarios o a jubilarse anticipadamente, lo que afectó sus pensiones y su calidad de vida. Por lo tanto, la idea de que los boomers han disfrutado de un “paraíso laboral” es una simplificación que ignora las realidades complejas que han enfrentado.
Además, es importante considerar que la generación boomer ha contribuido al sistema de pensiones a lo largo de su vida laboral. La pensión media de jubilación en España es de 1.508 euros, lo que refleja el esfuerzo de años de trabajo y contribuciones al sistema. Sin embargo, esta cifra no debe ser vista de manera aislada, ya que también es necesario tener en cuenta el contexto de los salarios y las condiciones laborales de las generaciones más jóvenes.
### La Brecha Económica entre Generaciones
Uno de los argumentos más comunes en la narrativa actual es que los boomers disfrutan de pensiones más altas que los salarios de los jóvenes, lo que perpetúa una brecha económica. Sin embargo, al analizar los datos, se observa que las pensiones de jubilación son más altas que los salarios de los jóvenes menores de 24 años, pero no así para aquellos que están en la franja de 25 a 34 años, donde los salarios superan las pensiones.
La riqueza también se ha concentrado en manos de los boomers, en gran parte debido a la propiedad de la vivienda. Mientras que los jóvenes enfrentan dificultades para acceder a la propiedad debido a los altos precios del mercado inmobiliario, muchos boomers han visto cómo sus propiedades se revalorizan con el tiempo. Sin embargo, esta situación no es culpa de los boomers, sino que responde a factores económicos más amplios, como la especulación financiera y la falta de oferta en el mercado de la vivienda.
La imposibilidad de los jóvenes para acceder a la vivienda no se debe a que los boomers estén acaparando recursos, sino a un fenómeno global que afecta a muchas economías desarrolladas. La inyección de capital en el mercado inmobiliario, impulsada por tasas de interés bajas y una abundante liquidez, ha llevado a un aumento desmedido de los precios de la vivienda, lo que dificulta aún más el acceso de los jóvenes a la propiedad.
Además, el análisis de la riqueza en España revela que la concentración de la riqueza está aumentando, con el 5% de los hogares más ricos poseyendo más del 40% de la riqueza total. Este dato pone de manifiesto que el problema de la desigualdad económica es más complejo y no puede ser atribuido únicamente a la generación boomer. La narrativa que busca señalar a un grupo específico como el culpable de los problemas económicos de los jóvenes es, en última instancia, una simplificación que ignora las múltiples variables que influyen en la economía actual.
Es fundamental abordar el debate sobre la sostenibilidad del sistema de pensiones y la desigualdad económica de manera integral, considerando las realidades históricas y económicas que han dado forma a la vida de cada generación. La búsqueda de soluciones efectivas debe ir más allá de la culpa y el señalamiento, y centrarse en la creación de políticas que promuevan un desarrollo económico equitativo para todas las generaciones.