La industria automotriz en Europa se enfrenta a un momento crítico, marcado por la transformación hacia la electrificación y la creciente competencia global. Recientemente, en un foro dedicado a la automoción, el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) destacó la urgencia de abordar el deterioro de la cadena de suministro. Este artículo explora los desafíos actuales y las posibles soluciones para revitalizar el sector.
### La Crisis de la Cadena de Suministro
El presidente de Anfac, Josep Maria Recasens, ha subrayado que la transformación hacia el vehículo eléctrico, junto con los límites de reducción de emisiones de CO2 y la competencia con países como China, está afectando gravemente la supervivencia de la industria automotriz en Europa. Durante su intervención, Recasens enfatizó que la situación es alarmante: «Nos estamos jugando el futuro todos los constructores. Está cayendo primero toda la cadena de suministro, se está destruyendo empleo hoy en la cadena».
La cadena de suministro automotriz es compleja y está interconectada. La pérdida de pequeñas y medianas empresas, que son fundamentales para el ecosistema industrial, plantea un riesgo significativo. Recasens advirtió que si no se toman medidas inmediatas, el sector podría enfrentar una reducción del 15% al 20% de su actividad industrial. Esto se traduce en la pérdida de miles de empleos y un impacto negativo en la economía local.
La crisis no solo afecta a los fabricantes de vehículos, sino que también repercute en los proveedores de piezas y componentes, así como en el sector de servicios relacionados. La falta de un plan de acción claro y efectivo para estimular la demanda de vehículos eléctricos y tradicionales podría llevar a una mayor concentración del mercado en manos de unos pocos grandes actores, dejando a las pequeñas empresas en una situación precaria.
### La Necesidad de Estímulos a la Demanda
Una de las principales preocupaciones expresadas por Recasens es la caída dramática en las ventas de vehículos, que ha resultado en la pérdida de más de 4 millones de vehículos en Europa y casi un 20% de la producción en España. Para revertir esta tendencia, es fundamental implementar un plan que incentive la demanda doméstica. «Si tuviera una varita mágica, lo que pediría es volver a escenarios de ventas de precovid», afirmó.
El acceso a vehículos eléctricos sigue siendo un desafío, ya que su precio es significativamente más alto que el de los motores de combustión. Esto plantea un obstáculo para muchos consumidores que desean hacer la transición hacia una movilidad más sostenible. Recasens destacó que, para lograr la descarbonización, es esencial proporcionar apoyo financiero a los consumidores, facilitando así la compra de vehículos eléctricos.
El plan AUTO 2030, propuesto por Anfac en colaboración con el Ministerio de Industria, busca equilibrar la oferta y la demanda en el sector. Sin embargo, para que este plan sea efectivo, debe contar con un responsable claro, objetivos específicos y un presupuesto asignado. Además, es crucial expandir la infraestructura pública de recarga para vehículos eléctricos, lo que facilitaría la adopción de esta tecnología por parte de los consumidores.
La recuperación de la demanda es vital para fortalecer la cadena de valor de la industria automotriz. Sin un mercado doméstico robusto, la dependencia de proveedores externos aumentará, lo que podría llevar a una mayor vulnerabilidad ante crisis futuras. La colaboración entre el sector público y privado será esencial para crear un entorno favorable que fomente la inversión y la innovación.
### La Electrificación como Oportunidad
A pesar de los desafíos, la electrificación de la industria automotriz también presenta oportunidades significativas. Markus Haupt, CEO de Seat y Cupra, ha señalado que, aunque los márgenes de beneficio en el segmento de vehículos eléctricos son un reto, la electrificación ya es una realidad. «La electrificación no es el futuro, ya es una realidad», afirmó, destacando la necesidad de una visión estratégica y colaboración para aprovechar esta oportunidad.
La experiencia de Portugal, donde uno de cada cinco nuevos vehículos es eléctrico gracias a políticas de incentivos, sirve como un ejemplo a seguir. En España, aunque el 18,5% de las matriculaciones son de vehículos electrificados, este porcentaje está lejos de los objetivos deseados. Haupt enfatizó que para que España se convierta en un referente europeo en la industria automotriz, es necesario un enfoque coordinado que incluya inversión y colaboración entre el sector público y privado.
La industria automotriz tiene el potencial de ser un motor de crecimiento económico y empleo en Europa. Sin embargo, para lograrlo, es fundamental que todos los actores involucrados trabajen juntos para superar los desafíos actuales y construir un futuro sostenible. La electrificación, la innovación y el apoyo a la demanda son elementos clave que pueden transformar la industria y asegurar su viabilidad a largo plazo.
