El futuro de la empresa siderúrgica Celsa se encuentra en un momento crucial, ya que se están llevando a cabo negociaciones con CriteriaCaixa para la adquisición de un 20% de la compañía. Este acuerdo, que implicaría una inversión de aproximadamente 250 millones de euros, ha estado en suspenso desde abril, cuando Criteria anunció que el proceso estaba «en fase de estudio». Sin embargo, las últimas informaciones indican que la due diligence está casi completa y no se anticipan sorpresas significativas.
La reciente reunión entre Francisco Reynés, el nuevo CEO de Criteria, y Rafael Vilaseca, presidente de Celsa, busca reactivar el proceso de negociación. Aunque aún no hay decisiones definitivas, el compromiso de Criteria podría ser un paso importante para Celsa, que enfrenta un desafío financiero considerable. La empresa, con sede en Castellbisbal, Barcelona, tiene una deuda que ronda los 1.400 millones de euros, una carga que ha afectado su operativa y crecimiento.
Celsa, una de las principales siderúrgicas de Europa, genera ingresos cercanos a los 5.000 millones de euros y emplea a alrededor de 10.000 personas. La entrada de Criteria como socio podría no solo ayudar a refinanciar la deuda, sino también a proporcionar un dividendo recurrente, lo que es esencial para la estabilidad financiera de la empresa. Se espera que, con la nueva estructura de capital, Celsa pueda comenzar a repartir dividendos en 2026, proyectando ganancias netas de 130 millones de euros.
La situación de Celsa es un reflejo de los desafíos que enfrenta el sector siderúrgico en Europa, donde la competencia y las fluctuaciones del mercado han llevado a muchas empresas a revaluar sus estrategias de negocio. La necesidad de un socio estratégico como Criteria podría ser la clave para que Celsa no solo sobreviva, sino que también prospere en un entorno económico incierto.
### Cambios en la Cúpula de Indra y su Impacto en el Sector de Defensa
Por otro lado, Indra, una de las principales empresas del sector de defensa y armamento en España, está atravesando un período de transformación en su liderazgo. La salida de Marc Murtra, quien dejó su puesto como presidente para unirse a Telefónica, ha llevado a la designación de Ángel Escribano como nuevo responsable de la compañía. Este cambio en la dirección se produce en un contexto donde Indra busca fusionar su negocio familiar con la empresa, lo que implica una reestructuración significativa en su consejo de administración.
La composición del consejo de Indra incluye a varios accionistas clave, como la pública Sepi, que posee un 28%, y otros inversores como Joseph Oughourlian, quien ha visto un aumento considerable en el valor de su inversión. Oughourlian, que también preside Prisa, ha triplicado su inversión en Indra, lo que refleja la confianza en el potencial de crecimiento de la empresa a pesar de las turbulencias en otros sectores.
Recientemente, Indra ha incorporado a Oriol Pinya como consejero independiente. Pinya, conocido por su trayectoria en finanzas internacionales y su vinculación con el partido independentista Junts, es visto como una figura clave en la reestructuración de la empresa. Su nombramiento ha suscitado interés debido a la importancia estratégica de Indra en el sector de defensa, un área donde los intereses políticos y económicos están profundamente entrelazados.
La participación de Junts en Indra, a través de Pinya y otros nombramientos en empresas estatales, indica un esfuerzo por parte del partido para asegurar que los intereses catalanes estén representados en sectores críticos. Esto podría tener implicaciones significativas no solo para la empresa, sino también para la política industrial en España, donde el sector de defensa juega un papel crucial en la seguridad nacional.
La situación actual de Celsa y los cambios en Indra son ejemplos claros de cómo las empresas en sectores estratégicos están navegando por un entorno complejo, donde las decisiones de inversión y la reestructuración del liderazgo son fundamentales para su futuro. A medida que ambas empresas buscan adaptarse a las nuevas realidades del mercado, el interés de los inversores y las dinámicas políticas seguirán siendo factores determinantes en su evolución.