En el contexto actual de las relaciones entre el Gobierno Vasco y el Gobierno central, la gestión de los aeropuertos vascos se ha convertido en un tema candente. Las negociaciones para el traspaso de competencias, enmarcadas en el Estatuto de Gernika, se presentan como un desafío considerable. La reciente postura del Gobierno central, que ha mostrado reticencias a ceder el control de los aeropuertos de Hondarribia, Loiu y Foronda, ha generado un clima de incertidumbre y tensión. A pesar de las dificultades, el Ejecutivo de Imanol Pradales se muestra decidido a luchar por una mayor autonomía en la gestión de estas infraestructuras clave.
La reunión programada para el 1 de octubre se perfila como un momento crucial en este proceso. La consejera de Autogobierno, Maria Ubarretxena, liderará las negociaciones con la esperanza de encontrar un terreno común que permita avanzar en la gestión aeroportuaria. Sin embargo, las expectativas son moderadas, dado que el Gobierno central ha dejado claro que no está dispuesto a aceptar un traspaso completo. Esta situación no es nueva; ya se han presentado obstáculos similares en negociaciones anteriores, como en el caso de las competencias en materia de prisiones y gestión del desempleo.
A pesar de las negativas iniciales, el Gobierno Vasco sostiene que la condición de interés general de los aeropuertos no debe ser un impedimento insalvable. Se están explorando alternativas que podrían permitir una mayor participación de Euskadi en la gestión de los aeródromos. Una de las propuestas que ha surgido es la posibilidad de que el Gobierno Vasco participe a través de una filial de Aena, la empresa gestora de los aeropuertos, aunque esta opción no parece ser del agrado del Gobierno central.
### Estrategias para la Negociación
El documento firmado en julio entre ambos gobiernos establece las bases para la negociación, incluyendo mecanismos de participación que faciliten una mayor implicación interinstitucional. Entre los puntos estratégicos se encuentran la supervisión de la calidad del servicio, la coordinación logística con otros medios de transporte y la sostenibilidad ambiental. Estos aspectos son fundamentales para garantizar que la gestión de los aeropuertos no solo sea eficiente, sino también respetuosa con el entorno y las necesidades de los ciudadanos.
Sin embargo, Ubarretxena no llevará una propuesta concreta a la reunión del 1 de octubre. En su lugar, se prevé que se realicen conversaciones preliminares para entender mejor la posición del Gobierno central. Esta falta de una propuesta definida podría ser un arma de doble filo; por un lado, permite flexibilidad en la negociación, pero por otro, podría ser interpretada como una falta de preparación por parte del Gobierno Vasco.
La presión política también juega un papel crucial en este proceso. El acuerdo de investidura entre el PNV y el PSOE obliga al Gobierno central a cumplir con las transferencias pendientes del Estatuto de Gernika. Esta presión podría ser un factor determinante para que el Gobierno de Pedro Sánchez considere una mayor apertura en las negociaciones. Además, el tiempo apremia, ya que la fecha límite para completar estas transferencias es a finales de 2025, lo que podría acelerar las conversaciones.
### Visitas a Madrid y el Futuro de la Gestión Aeroportuaria
La consejera Ubarretxena tiene programadas varias visitas a Madrid durante el otoño, lo que indica la importancia que el Gobierno Vasco otorga a este tema. Estas visitas no solo son una oportunidad para discutir la gestión de los aeropuertos, sino también para establecer relaciones más sólidas con el Gobierno central. El lehendakari ha dejado claro que están dispuestos a hacer lo que sea necesario para asegurar que se cumplan los acuerdos pactados.
La negociación sobre el traspaso de competencias se entrelaza con otras dinámicas políticas, como la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. La presión de partidos como Podemos y Junts podría influir en la disposición del Gobierno central para llegar a un acuerdo. En este sentido, encarrilar el Estatuto de Gernika podría ser un argumento convincente para que el PNV apoye los presupuestos, lo que a su vez podría facilitar un avance en las negociaciones sobre los aeropuertos.
La gestión de los aeropuertos vascos es un tema que va más allá de la simple administración de infraestructuras; es un reflejo de la búsqueda de autonomía y de la capacidad de Euskadi para gestionar sus propios recursos. A medida que se acercan las fechas clave para las negociaciones, la atención se centrará en cómo ambos gobiernos logran superar sus diferencias y encontrar un camino hacia una gestión más colaborativa y efectiva de los aeropuertos vascos.