La seguridad en Euskadi ha sido un tema de creciente preocupación en los últimos años, especialmente en el contexto de los recientes incidentes que han puesto a prueba la convivencia y el respeto hacia las fuerzas de seguridad. Bingen Zupiria, Consejero de Seguridad, ha abordado estos desafíos en una reciente entrevista, donde destacó la importancia de la Ertzaintza como un pilar fundamental del autogobierno y la democracia en la región. A medida que se intensifican los ataques a la policía vasca, surge la pregunta: ¿estamos regresando a un pasado de violencia y desconfianza?
**La Ertzaintza y su Rol en la Democracia**
Desde su creación en 1979, la Ertzaintza ha sido vista como una institución democrática, un símbolo de la autonomía vasca que surgió tras la dictadura. Sin embargo, Zupiria ha señalado que los recientes ataques y cuestionamientos a la legitimidad de la policía vasca, especialmente por parte de EH Bildu, son preocupantes. «El pronunciamiento político de EH Bildu que ha cuestionado el carácter democrático de la Ertzaintza es lo más grave que hemos visto en los últimos días», afirmó Zupiria, enfatizando que la seguridad es un asunto que debe ser gestionado de manera responsable y firme.
El Consejero también hizo hincapié en que la seguridad no solo se trata de la presencia policial, sino de la convivencia y el respeto a la legalidad. «La seguridad está directamente vinculada con la convivencia, a los derechos y a las obligaciones que tenemos como ciudadanos», explicó. Esta visión integral de la seguridad es crucial en un momento en que la percepción de inseguridad parece estar en aumento, a pesar de que las estadísticas delictivas no muestran un incremento significativo en comparación con años anteriores.
**La Juventud Radical y el Pulso Social**
Uno de los aspectos más alarmantes que Zupiria ha destacado es el pulso que se está librando entre las juventudes radicales en Euskadi. Este enfrentamiento, que se manifiesta en actos de violencia y desobediencia civil, refleja una división interna en la izquierda abertzale, donde grupos como GKS están buscando liderar la contestación social. «Estamos viendo cómo se libra un pulso en la juventud radical por la ocupación de las gaztetxes y por liderar la contestación ante su desalojo», comentó Zupiria, sugiriendo que estas dinámicas están siendo utilizadas por algunos sectores para dirimir sus diferencias a expensas de la convivencia pacífica.
Los incidentes recientes, que han incluido enfrentamientos violentos y ataques a la Ertzaintza, han llevado a un aumento en la tensión social. Zupiria ha instado a los líderes políticos a ser firmes en su rechazo a la violencia y a trabajar juntos para abordar los problemas de seguridad y convivencia. «Cuando presenciamos situaciones que rompen la convivencia, debemos ser firmes en su rechazo público», enfatizó, subrayando la necesidad de una respuesta unificada ante la violencia.
**Percepción de Inseguridad y Desafíos Laborales**
A pesar de que las cifras delictivas no han aumentado drásticamente, la percepción de inseguridad entre la población ha crecido. Zupiria ha reconocido que muchos de los incidentes violentos ocurren durante la noche y están frecuentemente relacionados con el consumo de alcohol y otras sustancias. Esta percepción puede ser alimentada por la cobertura mediática de los incidentes, así como por la experiencia personal de los ciudadanos.
Además, el Consejero ha abordado la cuestión de la falta de efectivos en la Ertzaintza, un tema que ha sido objeto de debate entre los sindicatos de la policía. Con un objetivo de alcanzar 8,000 efectivos, Zupiria ha admitido que actualmente hay una falta de aproximadamente 800 agentes. «La ciudadanía en general agradece la presencia de la Ertzaintza en las calles, pero también hay quienes se sienten incómodos con su presencia», comentó, sugiriendo que la relación entre la policía y la comunidad necesita ser fortalecida.
La reciente dificultad para reclutar nuevos agentes ha sido otro punto de preocupación. Zupiria ha señalado que el proceso de selección ha revelado que un alto porcentaje de los aspirantes no ha superado las pruebas psicotécnicas, lo que plantea interrogantes sobre la preparación y el compromiso de los candidatos. «Para ser ertzaina hay que estudiar», enfatizó, subrayando la importancia de contar con agentes bien preparados y comprometidos con su labor.
La situación actual en Euskadi refleja una compleja intersección de desafíos sociales, políticos y de seguridad. A medida que la Ertzaintza enfrenta críticas y ataques, la necesidad de un diálogo constructivo y un enfoque firme en la defensa de la convivencia se vuelve más urgente que nunca. La juventud radical, la percepción de inseguridad y la falta de efectivos son solo algunos de los temas que requieren atención y acción coordinada para asegurar un futuro más seguro y cohesionado para la sociedad vasca.