La emancipación juvenil se ha convertido en un tema crítico en España, especialmente en un contexto donde los jóvenes enfrentan dificultades económicas significativas. Según un reciente informe del Consejo de la Juventud (CJE), más del 90% del salario de un joven se destina a la emancipación en solitario, lo que plantea serias preguntas sobre la viabilidad de la independencia económica para esta generación. La tasa de emancipación juvenil ha caído al 15,2% en el segundo semestre de 2024, la cifra más baja desde 2006, lo que indica una tendencia preocupante que afecta a la autonomía y desarrollo de los jóvenes en el país.
**La Realidad Económica de los Jóvenes**
El informe revela que, en el mejor de los casos, los jóvenes necesitan destinar más del 35% de su salario para acceder a una habitación en un piso compartido. Esta situación se agrava por el hecho de que hay 102.203 jóvenes menos viviendo fuera del hogar familiar en comparación con 2023. La presidenta del CJE, Andrea González Henry, ha enfatizado que la falta de acceso a la emancipación significa una falta de control sobre sus vidas, lo que limita su capacidad para tomar decisiones autónomas y desarrollar su potencial.
Por género, la situación es aún más compleja. La tasa de emancipación entre mujeres jóvenes es del 17,7%, lo que representa cinco puntos más que la de los hombres. Esto sugiere una brecha de género que podría estar relacionada con la acumulación de recursos y diferentes trayectorias de emparejamiento. A finales de 2024, el costo medio de alquiler de una vivienda libre alcanzó los 1.080 euros mensuales, el precio más alto registrado hasta la fecha. Este costo representa un esfuerzo del 92,3% del salario de un joven asalariado, lo que pone de manifiesto las dificultades que enfrentan para emanciparse.
Los datos también muestran que el esfuerzo requerido para alquilar una habitación, con un precio medio de 380 euros, supera el umbral del 30% recomendado por organismos internacionales. En este contexto, es evidente que las mejoras en el mercado laboral, como el crecimiento del salario mediano de la juventud asalariada, que ha aumentado un 11% interanual, no han sido suficientes para facilitar la emancipación. La tasa de desempleo juvenil ha descendido al 19,1%, su mínimo desde antes de la Gran Recesión, pero las dificultades para acceder a la vivienda persisten.
**El Acceso a la Vivienda y sus Implicaciones**
El informe también destaca que el precio medio de compraventa de una vivienda ha alcanzado los 197.210 euros, un 7% más que el año anterior. Esto significa que un joven tendría que dedicar su salario íntegramente durante 14 años para poder acceder a una propiedad. Además, para hacer frente al pago de la entrada, estimada en unos 59.000 euros, un joven asalariado tendría que destinar su salario durante cuatro años. Esta situación ha llevado a que el régimen de tenencia más común entre la juventud emancipadora sea el alquiler, con un 57,9% de los jóvenes optando por esta opción.
A pesar de que más de seis de cada diez jóvenes han superado la educación obligatoria y un 29,8% ha cursado estudios superiores, el CJE advierte que esta formación no garantiza condiciones de vida independientes. La tasa de desempleo entre jóvenes con estudios superiores es del 13,4%, en comparación con el 42,3% entre aquellos con estudios primarios. Sin embargo, la dificultad para emanciparse persiste en ambos grupos debido a los altos costos de vivienda.
El CJE ha hecho un llamado al Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana para que implemente políticas efectivas que aborden esta crisis. Se requieren medidas como la aplicación efectiva de la Ley por el Derecho a la Vivienda, la reforma del Bono Alquiler Joven y la construcción de un parque público de vivienda con un 40% destinado a la juventud. Javier Muñoz, responsable de socioeconómica del CJE, ha denunciado que el problema de la vivienda impide a los jóvenes tener condiciones mínimas de vida, y cualquier mejora en el ámbito laboral se ve eclipsada por el elevado costo de la vivienda.
La situación actual de la emancipación juvenil en España es un reflejo de las dificultades económicas que enfrenta esta generación. Con una tasa de emancipación en descenso y un acceso a la vivienda cada vez más complicado, es fundamental que se implementen políticas efectivas que permitan a los jóvenes alcanzar la autonomía que necesitan para construir su futuro.