En el contexto de la reciente eliminación del FC Barcelona de la Champions League, las declaraciones de Joan Laporta y Gavi sobre el arbitraje han generado un intenso debate. Iturralde González, excolegiado y colaborador en un programa de radio, ha expresado su desacuerdo con las quejas del club catalán, sugiriendo que la frustración por los resultados no debería trasladarse a la crítica del arbitraje.
La controversia comenzó tras el partido en el que el Barcelona fue eliminado por el Inter de Milán. Tras el encuentro, varios jugadores del equipo, incluido Gavi, insinuaron que el arbitraje había influido en el resultado. Laporta, por su parte, fue más directo al señalar al árbitro Szymon Marciniak como uno de los responsables de la eliminación. Estas declaraciones han sido vistas por muchos como un intento de desviar la atención de los problemas internos del club.
Iturralde González, en su intervención, no se mostró sorprendido por las quejas, pero sí crítico. «Creía que era una broma todo lo que estoy escuchando», comentó, refiriéndose a las declaraciones de Laporta. Afirmó que las frustraciones deben ser manejadas de manera más constructiva y que el arbitraje no debería ser utilizado como un chivo expiatorio por la falta de éxito en el campo.
El exárbitro recordó que el Barcelona ha criticado en el pasado a Real Madrid TV por hacer lo mismo que ahora ellos están haciendo. «Cuando el Barcelona ha hecho campañas quejándose de Real Madrid Televisión… hoy se han convertido en Real Madrid TV», dijo, sugiriendo que el club está cayendo en la misma trampa que criticaba anteriormente.
González también se refirió a la calidad del arbitraje en el partido, defendiendo que las decisiones tomadas por Marciniak fueron correctas y que el VAR está diseñado precisamente para evitar errores. «Las decisiones fueron todas por muy poco», afirmó, haciendo hincapié en que el reglamento permite que se tomen decisiones muy ajustadas, como el caso del penalti anulado a Lamine Yamal, que fue considerado fuera del área.
El excolegiado explicó que el reglamento establece que un agarrón se mide por donde termina, no por donde comienza. Esto significa que si un jugador es objeto de una falta pero continúa jugando, la acción se considera como una ventaja y se puede sancionar la segunda falta. En este caso, la primera falta fue pitada, lo que invalidó cualquier otra acción posterior.
La crítica de Iturralde González se extiende más allá de las decisiones arbitrales. También cuestiona la narrativa que se ha construido alrededor del arbitraje en el fútbol español, donde tanto el Barcelona como el Real Madrid han sido acusados de victimizarse ante decisiones arbitrales. «El mensaje que quiere mandar Real Madrid Televisión es que son perjudicados por los árbitros. Y lo hace todos los fines de semana, que es la diferencia con otros clubes», comentó, sugiriendo que ambos clubes están utilizando el mismo discurso para justificar sus frustraciones.
La situación ha generado un debate más amplio sobre la relación entre los clubes y los árbitros en el fútbol español. La percepción de que el arbitraje puede influir en los resultados de los partidos es un tema recurrente, y las quejas de los clubes a menudo se convierten en parte de la narrativa mediática que rodea al deporte.
En este sentido, Iturralde González ha instado a los clubes a reflexionar sobre sus propias actuaciones y a no buscar culpables externos cuando las cosas no salen como se esperaba. «Que se miren para dentro cuando el arbitraje de Marciniak fue bueno», concluyó, enfatizando la necesidad de una autocrítica en lugar de una búsqueda de chivos expiatorios.
Las palabras de González resuenan en un momento en que el fútbol español enfrenta un escrutinio constante sobre la calidad del arbitraje y la forma en que los clubes manejan sus frustraciones. La crítica constructiva y la aceptación de la responsabilidad son esenciales para el crecimiento y la mejora en el deporte, y es un mensaje que tanto el Barcelona como otros clubes deben considerar seriamente.