El pánico se ha apoderado de las bolsas asiáticas tras la reciente decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de mantener aranceles elevados sobre las importaciones. Este lunes, los índices bursátiles de la región experimentaron caídas significativas, reflejando la creciente preocupación por las repercusiones de una guerra comercial que parece intensificarse.
La situación se desató cuando Trump anunció un arancel universal del 10% a todas las importaciones, que entró en vigor el sábado. Este incremento se suma a los gravámenes ya existentes, que se elevarán a un 20% para los productos de la Unión Europea y un 34% para los provenientes de China a partir del miércoles. La reacción inmediata fue un desplome generalizado en los mercados, con el índice Nikkei 225 de Tokio cayendo un 6.5% en la apertura, tras una caída previa del 2.75% el viernes. Otros índices, como el Hang Seng de Hong Kong, se desplomaron casi un 10%, mientras que la bolsa de Shanghái perdió más de un 4%.
La respuesta de China no se hizo esperar. El país asiático anunció un aumento de tarifas del 34% a las importaciones estadounidenses, lo que intensifica la tensión entre ambas naciones. Stephen Innes, de SPI Asset Management, describió la situación como «una guerra económica sin cuartel» y anticipó que se avecina una recesión global. Por su parte, el economista Steve Cochrane de Moody’s Analytics advirtió que Estados Unidos podría enfrentar una recesión rápida, que podría durar alrededor de un año, afectando también a la economía china debido a la disminución de la demanda de sus productos.
A pesar de las advertencias, Trump se mostró firme en su postura, afirmando que no negociará con otros países hasta que se resuelvan los déficits comerciales. En declaraciones a la prensa, el presidente sugirió que a veces es necesario «tomar la medicina para arreglar algo», sugiriendo que su enfoque es necesario para equilibrar las relaciones comerciales.
Las pérdidas en el mercado estadounidense también han sido significativas. Desde el inicio de la ofensiva arancelaria, las empresas han visto caer su valor en miles de millones de dólares. Los contratos de futuros sobre los principales índices de la bolsa de Nueva York indicaban una caída inminente, lo que sugiere que Wall Street podría experimentar una nueva baja. Además, el precio del petróleo estadounidense cayó por debajo de los 60 dólares por barril, marcando un descenso que no se había visto desde abril de 2021.
El gobierno de Trump ha indicado que más de 50 países han solicitado negociar para eliminar o reducir los aranceles impuestos, lo que refleja la preocupación global por las consecuencias económicas de esta guerra comercial. Los líderes europeos han intensificado sus contactos en un intento por coordinar una respuesta unificada, mientras que el lunes se reunirán los ministros de Comercio de la Unión Europea para discutir el asunto.
El secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, ha dejado claro que los nuevos aranceles que entran en vigor el 9 de abril no estarán sujetos a negociaciones, lo que añade un nivel de incertidumbre a las relaciones comerciales internacionales. Lutnick afirmó que «las reglas no están equilibradas y el presidente Trump lo va a arreglar», lo que sugiere que la administración está dispuesta a mantener su enfoque agresivo en la política comercial.
A pesar de las afirmaciones de la Casa Blanca de que no habrá un impacto significativo sobre los consumidores estadounidenses, muchos economistas prevén un aumento de la inflación y un frenazo en el crecimiento económico como resultado de estas medidas proteccionistas. El asesor económico de la Casa Blanca, Kevin Hassett, ha reconocido que puede haber un aumento de precios, pero defendió las políticas de Trump como una forma de proteger a los trabajadores estadounidenses de la competencia desleal.
La falta de inclusión de Rusia en la lista de países afectados por los aranceles ha suscitado preguntas. Hassett explicó que Trump optó por no incluir a Rusia debido a las expectativas de un posible final del conflicto en Ucrania, aunque dejó claro que esto no significa que Rusia será tratada de manera diferente en el futuro.
La situación actual en los mercados asiáticos y la respuesta de los líderes mundiales ante las políticas de Trump subrayan la fragilidad de la economía global en un momento de creciente incertidumbre. Las decisiones que se tomen en las próximas semanas serán cruciales para determinar el rumbo de las relaciones comerciales y la estabilidad económica mundial.