Los recientes ataques en Colombia, que han dejado un saldo trágico de 20 muertos y más de 80 heridos, han reavivado el debate sobre las políticas de seguridad del gobierno del presidente Gustavo Petro. Estos incidentes, que incluyen un ataque a un helicóptero de la Policía y un atentado con un camión bomba en Cali, han puesto en tela de juicio la efectividad de la estrategia de ‘paz total’ que el mandatario ha promovido desde su llegada al poder.
La situación actual ha llevado a figuras clave en el ámbito político y de seguridad a expresar su preocupación. El procurador general, Gregorio Eljach, ha sido uno de los críticos más vocales, señalando que la búsqueda de la paz no debe comprometer la seguridad de los ciudadanos. En su declaración, Eljach enfatizó que la paz es un objetivo noble, pero que no puede lograrse a expensas de la vida y la seguridad de los colombianos. Esta postura refleja un sentimiento creciente entre los ciudadanos y los líderes políticos que consideran que el gobierno ha descuidado la seguridad en su afán por negociar con grupos armados ilegales.
Los ataques han sido atribuidos a disidencias de las antiguas FARC, que se han reconfigurado y ahora operan en el narcotráfico. El presidente Petro ha confirmado que estos grupos son responsables de los recientes actos de violencia, lo que ha llevado a un aumento en la presión sobre su administración para que tome medidas más contundentes. En un mensaje a la nación, el presidente expresó su pesar por la pérdida de vidas, incluyendo la del capitán Francisco Javier Merchán, quien fue una de las víctimas del ataque al helicóptero de la Policía Antinarcóticos.
### La Respuesta del Gobierno y la Crítica de los Expertos
En respuesta a la crisis, el gobierno ha convocado a un consejo de seguridad en Cali, donde se discutieron posibles medidas para abordar la situación. Sin embargo, Petro ha descartado la posibilidad de declarar el estado de conmoción interior, una medida que podría haber permitido al gobierno implementar acciones más drásticas para restaurar el orden público. En lugar de eso, ha optado por profundizar en las medidas existentes, enfocándose en la reducción de la producción de cocaína y en la dificultad de su exportación desde el litoral Pacífico.
A pesar de estas acciones, muchos expertos y políticos han expresado su descontento con la estrategia de seguridad del gobierno. El senador Ariel Ávila, un reconocido analista del conflicto armado en Colombia, ha declarado que la política de paz del gobierno ha fracasado, pero que el verdadero problema radica en la política de seguridad, que también está fallando. Según Ávila, la parálisis en las Fuerzas Militares, combinada con una crisis presupuestal y problemas de personal, ha debilitado la capacidad del Estado para enfrentar la violencia.
El exvicepresidente Germán Vargas Lleras también ha criticado la inacción del gobierno, señalando que los ataques contra policías, militares y civiles están aumentando en frecuencia y agresividad. Vargas Lleras ha advertido que, si la situación continúa sin un cambio significativo en la estrategia de seguridad, Colombia podría enfrentar un periodo prolongado de violencia y caos hasta el final del mandato de Petro en agosto de 2026.
### La Realidad de la Violencia en Colombia
La violencia en Colombia no es un fenómeno nuevo, pero los recientes ataques han resaltado la fragilidad de la seguridad en el país. La historia reciente ha estado marcada por la lucha contra el narcotráfico y la presencia de grupos armados ilegales que operan en diversas regiones. A pesar de los esfuerzos del gobierno por alcanzar un acuerdo de paz, la realidad es que muchos de estos grupos han continuado sus actividades delictivas, desafiando la autoridad del Estado.
Los ataques recientes han dejado claro que la situación de seguridad en Colombia es crítica. La comunidad internacional ha estado observando de cerca la evolución de estos eventos, y muchos se preguntan si el enfoque del gobierno es el adecuado. La necesidad de un enfoque integral que combine la búsqueda de la paz con medidas efectivas de seguridad es más urgente que nunca.
A medida que el gobierno de Petro enfrenta este desafío, la presión por parte de la sociedad civil y los partidos políticos para que se tomen medidas más efectivas aumentará. La seguridad de los ciudadanos y la estabilidad del país dependen de la capacidad del gobierno para adaptarse y responder a las amenazas que enfrenta. La lucha por la paz en Colombia es un camino complicado, y los recientes ataques son un recordatorio de que aún queda mucho por hacer para lograr un futuro más seguro para todos los colombianos.