En Jumilla, la alcaldesa Severa González se encuentra en el centro de una intensa controversia tras la reciente aprobación de una moción que prohíbe el uso de instalaciones deportivas municipales para actividades religiosas. Esta decisión ha generado un fuerte debate en la comunidad, especialmente entre los musulmanes, quienes hasta ahora utilizaban el campo de fútbol del polideportivo La Hoya para sus rezos anuales. La situación ha llevado a la regidora a buscar alternativas y negociar con la comunidad musulmana sobre otros espacios públicos que podrían ser utilizados para sus cultos.
La alcaldesa ha declarado que el Ayuntamiento no está restringiendo el uso de los espacios municipales ni cerrando las puertas a la religión islámica. Según González, si la comunidad musulmana necesita un espacio público para sus actividades religiosas y cumple con los requisitos técnicos, el Ayuntamiento estará dispuesto a cederlo, al igual que lo hace con otros colectivos. Sin embargo, la reciente moción, impulsada por el Partido Popular (PP) y enmendada a partir de una propuesta de Vox, ha suscitado críticas tanto a nivel local como nacional.
### La Respuesta de la Alcaldesa ante las Críticas
La alcaldesa ha defendido su postura, afirmando que la decisión de prohibir el uso de instalaciones deportivas para actividades religiosas responde a una necesidad de regular el uso de estos espacios. En una entrevista, González explicó que la concejalía de Deportes ya estaba trabajando en un cambio de usos para las instalaciones debido a diversas circunstancias que se habían presentado. La moción de Vox, que buscaba excluir actividades religiosas, fue vista por el PP como una oportunidad para formalizar un cambio que ya se estaba considerando.
A pesar de las críticas, González ha insistido en que no ha habido problemas con los rezos musulmanes en el campo de fútbol y que la decisión no está motivada por un deseo de discriminar a la comunidad islámica. La alcaldesa ha mencionado que varios concejales han estado en contacto con representantes de la comunidad musulmana y que, hasta el momento, no han expresado problemas con el Ayuntamiento. Sin embargo, la situación ha llevado a la Delegación del Gobierno de Murcia y al Defensor del Pueblo a anunciar que vigilarán e investigarán el veto a las celebraciones musulmanas.
González ha afirmado que el nuevo reglamento, que podría ser presentado el próximo año, se someterá a una fase de exposición pública de un mes. Este reglamento establece que las instalaciones deportivas se dedicarán exclusivamente a actividades deportivas o actos organizados por el Ayuntamiento, excluyendo actividades culturales, sociales o religiosas ajenas a la institución. La alcaldesa ha subrayado que cualquier colectivo que solicite la cesión de un espacio público para actividades educativas, sanitarias, medioambientales, de juventud o religiosas, siempre que cumpla con los criterios técnicos, obtendrá la autorización correspondiente.
### Alternativas para la Comunidad Musulmana
Ante la prohibición de utilizar las instalaciones deportivas, la alcaldesa ha comenzado a explorar alternativas para la comunidad musulmana. González ha mencionado la posibilidad de utilizar aparcamientos municipales y otros espacios amplios que puedan ser cedidos para la celebración de cultos. Aunque no ha especificado lugares concretos, ha indicado que hay varias opciones disponibles, incluyendo algunos aparcamientos céntricos que son solicitados para otros eventos.
La alcaldesa también ha hecho hincapié en que el Ayuntamiento colabora con otras comunidades religiosas en Jumilla, como la población ecuatoriana que celebra la festividad de la Virgen del Cisne. Este evento, que incluye una procesión, cuenta con el apoyo del Consistorio, lo que demuestra que el Ayuntamiento está dispuesto a facilitar el uso de espacios públicos para diversas actividades culturales y religiosas.
La situación en Jumilla refleja un dilema más amplio sobre la gestión de espacios públicos y la convivencia entre diferentes comunidades religiosas. La alcaldesa ha manifestado su intención de dialogar con la comunidad musulmana antes de que se reúnan en asamblea en septiembre para discutir posibles acciones contra la decisión del Ayuntamiento. La presión social y política en torno a este asunto ha llevado a la regidora a buscar un equilibrio entre las demandas de la comunidad musulmana y las regulaciones que el Ayuntamiento desea implementar.
En resumen, la controversia en Jumilla sobre el uso de espacios públicos para actividades religiosas ha puesto de manifiesto la complejidad de la convivencia entre diferentes culturas y creencias en un contexto local. La alcaldesa Severa González se enfrenta a un desafío significativo al intentar gestionar las expectativas de la comunidad musulmana mientras se adhiere a las nuevas regulaciones aprobadas por el Ayuntamiento. La búsqueda de soluciones alternativas y el diálogo con las partes involucradas serán fundamentales para resolver esta situación de manera pacífica y constructiva.