La compañía siderúrgica Celsa, una de las más emblemáticas de España, se encuentra en un proceso de reestructuración financiera que promete asegurar su futuro. Los actuales accionistas han decidido inyectar 800 millones de euros en la empresa, una medida que busca estabilizar su situación económica y permitirle volver a la senda de los beneficios. Este movimiento se produce en un contexto donde la compañía ha enfrentado pérdidas significativas en el último año, lo que ha llevado a la necesidad de un plan de acción robusto.
### Inyección de Capital y Plan de Reestructuración
La decisión de los accionistas de aportar 800 millones de euros se desglosa en dos componentes principales: 200 millones de euros en efectivo y 600 millones de euros en forma de préstamo subordinado. Esta estrategia no solo busca proporcionar liquidez inmediata, sino también fortalecer la estructura de capital de la empresa. La junta extraordinaria de accionistas, programada para el 4 de diciembre, será crucial para la aprobación de este plan, que se enmarca dentro de un esfuerzo más amplio para revitalizar las operaciones de Celsa.
La compañía ya había iniciado un plan industrial de mejoras operativas a mediados de 2024, que se complementa con esta nueva inyección de capital. A pesar de las pérdidas de 280 millones de euros en 2024, que contrastan con un beneficio de 459 millones en el año anterior, los accionistas han mostrado un compromiso firme con la recuperación de la empresa. Sin la aportación extraordinaria de los socios, las pérdidas habrían alcanzado los 918 millones de euros, lo que subraya la gravedad de la situación financiera de Celsa.
### Contexto del Cambio de Propiedad
El cambio en la estructura de propiedad de Celsa ha sido significativo. Desde el otoño de 2023, la empresa está bajo el control de varios fondos de inversión, entre ellos Strategic Value Partners, Attestor, DWS, Golden Tree y Cross Ocean. Este cambio se produjo tras una decisión judicial que retiró el control de la compañía a la familia Rubiralta, fundadora de la empresa, en un proceso inédito de reestructuración. Este giro en la propiedad ha sido un factor determinante en la estrategia de recuperación de Celsa, ya que los nuevos propietarios han aportado no solo capital, sino también una visión renovada para el futuro de la empresa.
La ruptura de negociaciones con Criteria, el brazo inversor de La Caixa, también ha marcado un hito en la historia reciente de Celsa. Criteria había mostrado interés en adquirir un 20% de la compañía, pero finalmente decidió no seguir adelante con la operación. Este hecho ha llevado a los actuales accionistas a buscar otras vías para asegurar la estabilidad financiera de la empresa, incluyendo la posibilidad de acudir a los mercados de capitales de deuda.
### Perspectivas Futuras
A medida que Celsa se adentra en este nuevo capítulo, las expectativas para 2026 son más optimistas. La compañía espera un entorno macroeconómico más favorable para el sector del acero, lo que podría facilitar su recuperación. La inyección de capital y el plan de reestructuración son pasos cruciales para lograr este objetivo. Sin embargo, el camino hacia la rentabilidad no será fácil, y dependerá en gran medida de la capacidad de la empresa para implementar con éxito las mejoras operativas y gestionar su deuda.
La historia de Celsa es un reflejo de los desafíos que enfrentan muchas empresas en el sector industrial, donde la competencia y las fluctuaciones del mercado pueden tener un impacto significativo en la rentabilidad. La capacidad de la compañía para adaptarse a estas condiciones cambiantes será clave para su éxito a largo plazo. Con un nuevo enfoque y un respaldo financiero sólido, Celsa tiene la oportunidad de reescribir su historia y recuperar su posición en el mercado siderúrgico español e internacional.
