La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha tomado una postura decidida en la crisis actual entre Israel y Gaza, buscando reforzar la credibilidad de la Unión Europea (UE) en el ámbito internacional. En una reciente reunión del Colegio de Comisarios, se aprobaron propuestas que podrían marcar un cambio significativo en las relaciones comerciales entre la UE e Israel. Estas medidas incluyen la suspensión de la parte comercial del Acuerdo de Asociación, sanciones a ministros israelíes considerados extremistas y la paralización de ayudas bilaterales, aunque con ciertas limitaciones.
La decisión de la Comisión Europea se produce en un contexto de creciente presión política y social. La crisis humanitaria en Gaza ha llevado a un aumento en la demanda de acciones concretas por parte de la UE, tanto de los ciudadanos como de algunos miembros del Parlamento Europeo. Von der Leyen, consciente de la necesidad de actuar, ha presentado estas propuestas como una respuesta adecuada y proporcionada a la situación actual.
### La Complejidad de la Implementación de Sanciones
A pesar de la aprobación de estas medidas por parte de la Comisión, su implementación no es sencilla. La UE requiere el aval de los Estados miembros para llevar a cabo la suspensión del acuerdo comercial y las sanciones a los ministros israelíes. Para las sanciones, se necesita la unanimidad de todos los países miembros, lo que puede ser un obstáculo significativo, dado que algunos países, como Alemania e Italia, han mostrado reticencias a adoptar una postura más dura contra Israel.
En cuanto a la suspensión del acuerdo comercial, se requiere una mayoría cualificada, es decir, el apoyo de al menos 15 de los 27 Estados miembros que representen al menos el 65% de la población de la UE. Esto significa que, aunque la Comisión ha dado un paso adelante, la implementación de estas medidas dependerá de la voluntad política de los Estados miembros.
El comisario de Comercio, Maros Sefcovic, ha expresado que, aunque lamentan tener que tomar estas decisiones, es necesario hacerlo en vista de la crisis humanitaria en Gaza. Sin embargo, la falta de un cambio inmediato en la actitud de los Estados miembros sugiere que la presión de Bruselas podría no ser suficiente para lograr un consenso.
### Impacto Económico Limitado de las Nuevas Medidas
Si se aprueban las medidas comerciales, se estima que el impacto económico será relativamente limitado. Aunque la UE es el principal socio comercial de Israel, solo el 37% de las exportaciones israelíes a la UE se benefician de las preferencias comerciales del Acuerdo de Asociación. El resto, que representa el 63%, ya está sujeto a aranceles estándar bajo las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Las nuevas medidas podrían resultar en un costo adicional de aproximadamente 227 millones de euros en derechos de aduana al año para las exportaciones israelíes. Esto se traduciría en que los productos israelíes perderían su acceso preferencial al mercado europeo, pero el efecto real en la economía israelí podría ser menor de lo esperado, dado que gran parte de sus exportaciones ya enfrenta aranceles.
Además, el proceso de implementación de estas medidas no sería inmediato. Una vez que se notifique formalmente al Consejo de Asociación, se establecería un plazo de 30 días antes de que las sanciones entren en vigor. Este tiempo podría ser utilizado para continuar el diálogo con el gobierno israelí, lo que sugiere que la UE aún espera que Israel modifique sus políticas en Gaza.
La situación actual refleja una tensión creciente entre la necesidad de la UE de actuar frente a la crisis humanitaria y la complejidad de las relaciones diplomáticas con Israel. Mientras algunos Estados miembros están dispuestos a considerar sanciones, otros se muestran más cautelosos, lo que podría dificultar la unidad necesaria para implementar cambios significativos.
En este contexto, la respuesta de Israel a las propuestas de la UE ha sido de descontento. El ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, ha calificado las medidas como un intento de dañar a Israel, lo que indica que la tensión entre ambas partes podría intensificarse en los próximos días. La situación sigue siendo fluida, y el futuro de las relaciones entre la UE e Israel dependerá en gran medida de las decisiones que tomen los Estados miembros en las próximas semanas.