La ciudad de Bilbao ha dado un paso significativo en la gestión de residuos al aprobar una nueva tasa de basura que entrará en vigor el 1 de enero de 2026. Esta medida, que busca hacer que el servicio de recogida y tratamiento de residuos sea sostenible y no deficitario, ha generado diversas reacciones entre los ciudadanos y los partidos políticos. A continuación, se detallan los aspectos más relevantes de esta nueva normativa y las opiniones que ha suscitado.
### Estructura de la Nueva Tasa de Basura
La nueva tasa de basura se basa en un modelo que busca que cada ciudadano pague en función de los residuos que genera. Según la concejala de Hacienda, Marta Ajuria, esta medida es obligatoria para todos los ayuntamientos de acuerdo con la directiva europea, y se fundamenta en el principio de «quien contamina paga«. La tasa se dividirá en dos componentes: un 40% del recibo se calculará en función de la capacidad económica de cada bilbaino, utilizando el valor catastral de las viviendas como base. El otro 60% se determinará en función del número de personas empadronadas en cada hogar, lo que se considera la generación potencial de residuos.
Además, se han establecido bonificaciones para aquellos ciudadanos que utilicen el contenedor marrón para residuos orgánicos. En 2026, quienes se inscriban en este programa recibirán un descuento del 10% en el componente específico, y aquellos que hayan utilizado el contenedor durante al menos 36 semanas el año anterior obtendrán un 20% de bonificación a partir de 2024. Esta estrategia busca incentivar el reciclaje y la correcta gestión de los residuos.
### Reacciones de la Oposición y la Ciudadanía
La aprobación de esta nueva tasa no ha estado exenta de controversia. Los partidos de la oposición han expresado su desacuerdo con la forma en que se calculará el nuevo recibo. EH Bildu, por ejemplo, ha criticado que el componente específico se base en el número de personas empadronadas, sugiriendo que debería calcularse en función del consumo de agua. Su portavoz, María del Río, argumenta que este método perjudicará a los arrendatarios, quienes suelen ser los más vulnerables económicamente. Además, ha señalado que no se está considerando adecuadamente a las viviendas turísticas, que generan una cantidad significativa de residuos.
Por su parte, el Partido Popular ha calificado la nueva tasa de «basurazo», argumentando que afectará a viviendas vacías y locales comerciales sin actividad, lo que contradice el principio de que solo debe pagar quien contamina. Su portavoz, Esther Martínez, ha criticado que el modelo de cálculo parece diseñado para asegurar una recaudación específica, sin tener en cuenta las particularidades de cada caso.
Elkarrekin Podemos también ha manifestado su descontento, considerándolo una «oportunidad perdida» para implementar cambios más significativos en la gestión de residuos y la redistribución de la riqueza. Su concejal, Xabier Jiménez, ha cuestionado la progresividad de las cuotas en relación con la renta, sugiriendo que el nuevo sistema no aborda adecuadamente las desigualdades existentes.
### Congelación de Tasas Municipales
Además de la nueva tasa de basura, el pleno del Ayuntamiento de Bilbao ha aprobado la congelación de otros tributos municipales para el año 2026. Esto incluye modificaciones técnicas en las ordenanzas fiscales que regulan el Impuesto de Vehículos, la Plusvalía y la Ordenanza Fiscal General. En el caso del IBI, se han introducido cambios que incrementan las bonificaciones para familias numerosas y amplían las causas de exclusión del recargo para viviendas vacías.
La decisión de congelar las tasas municipales ha sido recibida con alivio por algunos sectores de la población, que ven en ello una medida para aliviar la carga fiscal en un contexto económico complicado. Sin embargo, otros argumentan que esta congelación no es suficiente y que se necesitan reformas más profundas para abordar los problemas estructurales de la economía local.
### Reflexiones sobre la Nueva Tasa
La implementación de la nueva tasa de basura en Bilbao representa un cambio significativo en la forma en que se gestionan los residuos en la ciudad. Si bien la intención es promover una mayor responsabilidad ambiental y una gestión más eficiente de los recursos, las críticas de la oposición y de algunos sectores de la ciudadanía indican que aún hay mucho por discutir y ajustar. La forma en que se implementen estas medidas y se gestionen las preocupaciones de los ciudadanos será crucial para el éxito de esta iniciativa y para la sostenibilidad futura de Bilbao.