BBVA se encuentra en una encrucijada crucial respecto a su oferta pública de adquisición (OPA) sobre el Banco Sabadell. Esta semana, el consejo de administración del BBVA se reunirá para decidir si continúa con la OPA, a pesar de las restricciones impuestas por el Gobierno español que complican la fusión de ambas entidades durante los próximos tres años. La situación actual plantea interrogantes sobre la viabilidad de la operación y las estrategias que el banco deberá adoptar para avanzar en este proceso.
### Restricciones del Gobierno y sus Implicaciones
El reciente Consejo de Ministros ha autorizado la OPA del BBVA bajo la condición de que, si se lleva a cabo, ambas entidades deberán operar de manera independiente durante un mínimo de tres años, con la posibilidad de extender este período a cinco años. Esta decisión ha generado un impacto significativo en las expectativas de sinergias que el BBVA había proyectado inicialmente. El plan original contemplaba ahorros de aproximadamente 850 millones de euros en los primeros tres años, desglosados en 450 millones en tecnología, 300 millones en gastos de personal y 100 millones en ahorros financieros.
Sin embargo, la imposibilidad de fusionar las operaciones de ambas entidades limita la capacidad del BBVA para alcanzar estos objetivos de ahorro. Ante esta situación, el banco ha comenzado a considerar la opción de mantener al Sabadell como una filial, similar a la relación que el Santander mantuvo con Banesto durante más de dos décadas. Esta alternativa podría ofrecer ciertas ventajas fiscales, especialmente en el contexto del impuesto extraordinario a la banca, que se aplica de manera progresiva.
A pesar de las restricciones, el BBVA no ha abandonado la idea de seguir adelante con su oferta. La dirección del banco está evaluando la posibilidad de apelar al Tribunal Supremo para cuestionar las condiciones impuestas por el Gobierno. Esta estrategia podría abrir nuevas vías para la fusión, aunque el tiempo apremia y las decisiones deben tomarse rápidamente.
### La Respuesta del Banco Sabadell y sus Accionistas
Desde el Banco Sabadell, la alta dirección ha defendido su posición desde el anuncio de la OPA. La entidad está trabajando en un plan estratégico que se presentará el 24 de julio, coincidiendo con la publicación de los resultados del primer semestre del año. Este plan tiene como objetivo convencer a los accionistas sobre el potencial del Sabadell como entidad independiente, especialmente en un contexto donde se están evaluando posibles ventas de activos, como su filial británica TSB.
Uno de los principales desafíos que enfrentan los accionistas del Sabadell es la carga fiscal que podría derivarse del canje de acciones. Si los accionistas aceptan la oferta del BBVA, tendrían que vender sus acciones del Sabadell antes de recibir las del BBVA, lo que implicaría tributar por las plusvalías obtenidas. Este aspecto podría desincentivar a muchos pequeños accionistas a aceptar la oferta, lo que complicaría aún más la situación para el BBVA.
El periodo de canje, que debe durar al menos 15 días, podría extenderse hasta 70 días, lo que significa que podría continuar en septiembre. Esto añade una capa de incertidumbre tanto para el BBVA como para el Sabadell, ya que los accionistas deberán sopesar cuidadosamente sus opciones en un entorno cambiante.
En resumen, la OPA del BBVA sobre el Banco Sabadell se encuentra en un punto crítico. Las restricciones impuestas por el Gobierno han complicado significativamente la fusión, lo que obliga al BBVA a reconsiderar su estrategia. Mientras tanto, el Banco Sabadell se prepara para presentar su plan estratégico, buscando reafirmar su independencia y convencer a sus accionistas de que el futuro de la entidad es prometedor sin la necesidad de una fusión. La próxima semana será decisiva para determinar el rumbo de esta operación y el futuro de ambas entidades en el competitivo sector bancario español.