En los últimos años, Euskadi ha sido testigo de un preocupante incremento en las infracciones penales dirigidas hacia personas mayores de 65 años. Este fenómeno, que ha cobrado especial relevancia desde el inicio de la pandemia en 2020, ha llevado a un aumento significativo de hurtos y estafas en las principales ciudades de la comunidad autónoma. Las estadísticas revelan que, en las capitales vascas, las infracciones han crecido de manera alarmante, con un aumento del 64,3% en Gasteiz, del 53,1% en Donostia y del 15,3% en Bilbao en los últimos tres años. Este aumento no solo es un reflejo de la vulnerabilidad de este colectivo, sino también un llamado a la acción para las autoridades y la sociedad en general.
El principal motor de este incremento es el notable aumento de los hurtos y las estafas, que en conjunto representan dos tercios de las infracciones penales cometidas contra personas mayores. Desde 2022, las estafas han crecido más del 30% en las tres capitales, siendo Donostia la que presenta el mayor aumento, con un 36% en comparación con el año anterior. Este ritmo sugiere que, si se mantiene, se podrían superar las 400 estafas anuales en esta ciudad, además de un considerable número de hurtos, que también han mostrado un aumento significativo.
En Bilbao, la situación es algo diferente. Aunque los hurtos han aumentado solo un 5,1% desde 2022, se han registrado más casos de hurtos que de estafas, con cifras que alcanzan los 636 hurtos y 412 estafas hasta julio de este año. En Gasteiz, las cifras son más equilibradas, con ambos delitos alcanzando cifras similares, alrededor de 500 al año. Este aumento en las infracciones penales es alarmante, ya que se prevé que en 2025 se registren más de 1.166 infracciones en Donostia, lo que equivale a más de tres casos diarios.
La situación en Irun también es preocupante, donde la tasa de infracciones penales contra personas mayores es de 32 casos por cada 1.000 habitantes, lo que se traduce en un estimado de 490 infracciones anuales. Este aumento no solo afecta a las ciudades más grandes, sino que también se extiende a otras localidades, lo que indica un problema generalizado en la comunidad.
### La Naturaleza de los Delitos: Hurtos y Estafas
Los hurtos y las estafas son los delitos más comunes que enfrentan las personas mayores en Euskadi. Estos delitos, que buscan sustraer dinero u objetos de valor, representan más del 90% de las infracciones penales que afectan a este grupo etario. La vulnerabilidad de las personas mayores, combinada con la creciente sofisticación de las técnicas utilizadas por los delincuentes, ha llevado a un aumento en la incidencia de estos delitos. Las estafas, en particular, han evolucionado, con métodos que van desde engaños simples hasta fraudes más complejos que explotan la confianza de las víctimas.
Además de los hurtos y las estafas, los delitos de lesiones también han mostrado un aumento significativo, aunque en menor medida. En Donostia, se registran alrededor de 44 casos anuales, mientras que en Bilbao y Gasteiz las cifras son de 36 y 57, respectivamente. Estos delitos, aunque menos frecuentes que los hurtos y las estafas, también representan una amenaza para la seguridad de las personas mayores, quienes a menudo se encuentran en situaciones de vulnerabilidad.
### Respuesta de las Autoridades y Prevención
Ante este alarmante aumento de delitos, las autoridades vascas han comenzado a tomar medidas para proteger a las personas mayores. La concienciación sobre la seguridad y la prevención de delitos es fundamental. Se están implementando campañas informativas para educar a las personas mayores sobre los riesgos y las tácticas utilizadas por los delincuentes. Además, se están fortaleciendo las patrullas policiales en áreas donde se ha reportado un aumento en las infracciones penales.
La colaboración entre la comunidad y las fuerzas de seguridad es esencial para abordar este problema. Las familias y los cuidadores también juegan un papel crucial en la protección de las personas mayores, al estar atentos a cualquier comportamiento sospechoso y fomentar un entorno seguro. La creación de redes de apoyo y la promoción de la comunicación entre vecinos pueden ser herramientas efectivas para prevenir delitos y aumentar la seguridad en las comunidades.
El aumento de delitos contra personas mayores en Euskadi es un problema que requiere atención inmediata. La combinación de educación, prevención y colaboración comunitaria puede ayudar a mitigar este fenómeno y proteger a uno de los grupos más vulnerables de la sociedad. La seguridad de las personas mayores no solo es responsabilidad de las autoridades, sino de toda la comunidad, que debe unirse para crear un entorno más seguro y solidario.