La relación entre Donald Trump y Elon Musk ha sido un viaje tumultuoso, lleno de altibajos y giros inesperados. Desde su primer encuentro hasta su reciente ruptura, la historia de estos dos titanes del mundo empresarial y político ha capturado la atención del público. A continuación, se exploran los momentos clave que definieron su relación y cómo culminó en un conflicto abierto.
### Primeros Encuentros: De la Desconfianza a la Colaboración
La historia de la relación entre Trump y Musk comenzó en un contexto de desconfianza. En noviembre de 2016, durante la campaña presidencial, Musk no dudó en expresar su desacuerdo con Trump, afirmando que no era “la persona adecuada” para liderar el país. Esta declaración se produjo en un momento crítico, ya que el país se preparaba para elegir entre Trump y Hillary Clinton. Musk, conocido por su enfoque innovador y su visión futurista, parecía alinearse más con las propuestas de Clinton, lo que generó una primera impresión negativa hacia el magnate republicano.
Sin embargo, la victoria de Trump en las elecciones llevó a Musk a reconsiderar su postura. En diciembre de 2016, fue nombrado miembro de dos consejos asesores del presidente electo, junto a otros líderes de la industria tecnológica. Musk argumentó que su participación le permitiría influir en políticas clave, especialmente en temas ambientales y migratorios. Esta decisión fue recibida con críticas, ya que muchos consideraron que Musk había traicionado sus principios iniciales.
### La Ruptura y el Resurgimiento de Tensiones
La relación entre Trump y Musk no tardó en deteriorarse. En junio de 2017, tras el anuncio de Trump de que Estados Unidos se retiraría del Acuerdo de París sobre el cambio climático, Musk dimitió de los consejos asesores. Su salida fue un claro indicativo de que, a pesar de su intento de colaborar, las diferencias ideológicas eran insalvables. Musk declaró que “el cambio climático es real” y que abandonar el acuerdo no beneficiaría ni a América ni al mundo.
A pesar de esta ruptura, la relación no terminó ahí. En enero de 2020, Trump elogió a Musk, llamándolo “uno de los mayores genios” del país. Este comentario, aunque positivo, no logró restablecer la confianza entre ambos. En julio de 2022, Musk volvió a criticar a Trump, sugiriendo que debería retirarse de la política. La respuesta de Trump fue feroz, atacando los proyectos de Musk y sugiriendo que su éxito dependía de su apoyo.
### Un Nuevo Capítulo: La Alianza en la Campaña de 2024
A medida que se acercaban las elecciones presidenciales de 2024, la dinámica entre Trump y Musk dio un giro inesperado. A pesar de sus diferencias pasadas, Musk decidió apoyar a Trump, especialmente después de un intento de atentado contra el ex presidente. Este apoyo se tradujo en una donación significativa a la campaña de Trump, así como en una mayor visibilidad en las redes sociales, donde Musk utilizó su plataforma para amplificar el mensaje de Trump.
Durante la campaña, Musk se convirtió en una figura clave, participando en mítines y promoviendo la imagen de Trump. Su apoyo fue recompensado cuando Trump, en su discurso de victoria, agradeció públicamente a Musk, proclamando que “ha nacido una estrella”. Esta alianza parecía sólida, y Musk fue nombrado para liderar el nuevo Departamento de Eficiencia Gubernamental, donde implementó recortes drásticos en el gasto público.
### La Caída: Un Divorcio Público
Sin embargo, la luna de miel no duró mucho. En mayo de 2025, Musk anunció su salida de la Casa Blanca, citando la presión de altos funcionarios y el impacto negativo de su actividad política en sus negocios. La situación se tornó aún más tensa cuando Musk criticó abiertamente la nueva ley fiscal de Trump, calificándola de “abominación repugnante”. La respuesta de Trump fue rápida y contundente, acusando a Musk de deslealtad y amenazando con cancelar sus contratos gubernamentales.
La ruptura se intensificó en junio de 2025, cuando Musk lanzó acusaciones graves contra Trump, sugiriendo que el ex presidente tenía conexiones con el escándalo de Epstein. Este intercambio de ataques a través de las redes sociales marcó el final de una relación que había comenzado con promesas de colaboración y terminó en un conflicto abierto y destructivo.
La historia de Trump y Musk es un recordatorio de cómo las alianzas en el mundo político y empresarial pueden ser volátiles y, a menudo, predestinadas al fracaso. A medida que ambos continúan sus caminos, queda por ver cómo afectará esta ruptura a sus respectivas trayectorias y a la política estadounidense en general.
