En el corazón de la Ciudad de México, un grupo de trabajadoras sexuales se unió en una marcha significativa para conmemorar el Día Internacional de la Trabajadora Sexual. Este evento, que se llevó a cabo el 4 de junio de 2025, no solo celebró la historia de lucha de estas mujeres, sino que también sirvió como un poderoso recordatorio de las injusticias y la violencia que enfrentan en su día a día. La movilización, que reunió a miles de participantes, tuvo como objetivo principal exigir el reconocimiento legal de su labor, acceso a la seguridad social y el cese de la violencia que ha marcado la vida de muchas de ellas.
La marcha se realizó en el marco del 50 aniversario de una histórica protesta en Francia, donde más de 150 mujeres ocuparon una iglesia para demandar mejores condiciones laborales y sociales. Este evento se ha convertido en un símbolo de la lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales a nivel mundial. En México, donde se estima que entre 500.000 y 800.000 personas ejercen el trabajo sexual, la mayoría de ellas mujeres, la necesidad de visibilizar sus demandas es más urgente que nunca.
### La Realidad del Trabajo Sexual en México
El trabajo sexual en México es un tema complejo y a menudo estigmatizado. Según datos de la Brigada Callejera de Apoyo a la Mujer, aproximadamente el 90% de las personas que ejercen esta actividad son mujeres. En la Ciudad de México, se estima que hay alrededor de 15.200 trabajadoras sexuales. Sin embargo, a pesar de su gran número, estas mujeres enfrentan una serie de desafíos que van desde la violencia física y sexual hasta la falta de acceso a servicios básicos de salud y protección legal.
Durante la marcha, las manifestantes expresaron su indignación por la impunidad que rodea los crímenes cometidos contra trabajadoras sexuales. Muchas de ellas han sido asesinadas, y sus casos a menudo quedan sin resolver. Este silencio y falta de acción por parte de las autoridades contribuyen a un ambiente de miedo y vulnerabilidad. Las participantes de la marcha realizaron pintas en paredes y bardas, utilizando el arte como una forma de protesta para visibilizar su lucha y exigir justicia.
El reconocimiento de los derechos laborales y sociales de las trabajadoras sexuales es fundamental para garantizar su seguridad y bienestar. Sin embargo, en México, este reconocimiento aún está lejos de ser una realidad. La falta de legislación que proteja a estas mujeres las deja expuestas a la violencia y la explotación. Las organizaciones no gubernamentales que apoyan a las trabajadoras sexuales han estado abogando por cambios en la legislación que permitan un marco legal que respete sus derechos y les brinde acceso a servicios de salud, educación y seguridad social.
### La Lucha por la Dignidad y los Derechos Humanos
La marcha no solo fue un evento de protesta, sino también una celebración de la resiliencia y la dignidad de las trabajadoras sexuales. A lo largo de los años, estas mujeres han demostrado una capacidad extraordinaria para organizarse y luchar por sus derechos. A pesar de los obstáculos, han encontrado formas de unirse y crear redes de apoyo que les permiten enfrentar la adversidad.
Las organizaciones que apoyan a las trabajadoras sexuales en México han jugado un papel crucial en esta lucha. A través de programas de educación, salud y defensa de derechos, estas ONG han trabajado incansablemente para empoderar a las mujeres en esta industria. La movilización del 4 de junio fue una oportunidad para que estas organizaciones unieran fuerzas y amplificaran sus voces, destacando la importancia de la solidaridad en la lucha por la justicia.
El trabajo sexual es un tema que genera opiniones divididas en la sociedad. Sin embargo, es fundamental reconocer que detrás de cada cifra hay historias de vida, de lucha y de resistencia. Las trabajadoras sexuales no solo buscan ser escuchadas, sino que también exigen el respeto a su dignidad como seres humanos. La marcha fue un recordatorio de que su lucha es parte de una lucha más amplia por los derechos humanos y la igualdad de género.
A medida que el movimiento por los derechos de las trabajadoras sexuales continúa creciendo, es esencial que la sociedad en su conjunto se involucre en la conversación. La estigmatización y la criminalización del trabajo sexual solo perpetúan la violencia y la discriminación. Es hora de que se escuchen sus voces y se reconozcan sus derechos como parte integral de la lucha por la justicia social en México y en el mundo.