Un trágico incidente ocurrió en Boulder, Colorado, donde ocho personas resultaron heridas tras un ataque con un lanzallamas improvisado durante una manifestación pro Israel. Este evento, que se desarrollaba en el centro de la ciudad, se tornó violento cuando un hombre, identificado como Mohamed Sabry Soliman, de 45 años, lanzó un dispositivo incendiario al grito de «Palestina libre». La marcha, que se lleva a cabo regularmente desde noviembre de 2023, tenía como objetivo reivindicar la liberación de los israelíes secuestrados por Hamas desde el 7 de octubre de ese mismo año.
Las víctimas, todas ellas ciudadanos de Boulder con edades comprendidas entre los 52 y 88 años, fueron trasladadas a hospitales cercanos, y al menos dos de ellas se encontraban en estado crítico. El FBI rápidamente catalogó el ataque como un acto de terrorismo, mientras que otros funcionarios judiciales lo consideraron un crimen de odio. La policía local, liderada por el jefe Stephen Redfearn, confirmó la detención de Soliman sin que se produjeran más incidentes, aunque se mantenía la posibilidad de que hubiera un segundo sospechoso involucrado.
La escena del ataque fue caótica, con testigos que grabaron momentos de pánico y desesperación mientras intentaban ayudar a los heridos. Un video muestra a un policía desenfundando su arma mientras se acerca al agresor, quien había caído al suelo tras el ataque. La policía también evacuó varios edificios cercanos para garantizar la seguridad de la zona, que permaneció cerrada durante varias horas mientras se investigaba el incidente.
El gobernador de Colorado, Jared Polis, describió el ataque como un «atroz acto de terrorismo» en sus redes sociales, subrayando la gravedad de la situación. A medida que se desarrollaba la investigación, el FBI y las fuerzas de seguridad locales trabajaron en conjunto para esclarecer los hechos y determinar si había más explosivos en el vehículo del detenido.
La violencia ideológicamente motivada ha sido un tema recurrente en Estados Unidos, y este ataque se produce en un contexto de creciente antisemitismo en el país. El fiscal general de Colorado, Phil Weiser, indicó que todo apunta a que se trata de un delito de odio, enfatizando que la violencia no es la solución a las diferencias de opinión sobre el conflicto entre Hamas e Israel. Este ataque se suma a una serie de incidentes violentos relacionados con el antisemitismo, incluyendo un reciente tiroteo en Washington que dejó dos muertos en la embajada de Israel.
La manifestación, conocida como «Run for their lives» (marcha por sus vidas), ha sido un espacio de expresión pacífica para la comunidad pro Israel en Boulder. Rachel Amaru, líder del grupo de manifestantes, condenó el ataque, calificándolo de un acto flagrante de antisemitismo. La comunidad local ha expresado su solidaridad con las víctimas y su rechazo a la violencia, instando a un diálogo pacífico sobre las diferencias ideológicas.
El congresista Joe Neguse, representante del distrito, también se pronunció en contra del ataque, describiéndolo como un «horrible acto de terror» y subrayando la necesidad de tomar medidas inmediatas para frenar la violencia y el antisemitismo en el país. La comunidad de Boulder, conocida por su enfoque progresista y su alta calidad de vida, se enfrenta ahora a la dura realidad de la violencia motivada por el odio.
Este incidente ha generado un debate más amplio sobre la seguridad en las manifestaciones y la creciente polarización en la sociedad estadounidense. A medida que las tensiones aumentan en torno a temas como el conflicto en Gaza y la política internacional, es fundamental que las comunidades encuentren formas de expresar sus opiniones sin recurrir a la violencia. La respuesta a este ataque no solo debe centrarse en la justicia para las víctimas, sino también en la promoción de un diálogo constructivo que aborde las raíces del odio y la violencia en la sociedad actual.