El Celta de Vigo ha llevado a cabo un emotivo acto en el estadio de Balaídos, donde se rindió homenaje a ocho de sus abonados más leales, quienes han estado apoyando al club durante 50 años. Este evento, que se ha convertido en una tradición para el equipo gallego, no solo celebra la fidelidad de estos aficionados, sino que también resalta la importancia de la comunidad en el mundo del fútbol.
La ceremonia fue presidida por Marián Mouriño, presidenta del Celta, quien destacó la relevancia de estos abonados en la historia del club. En su discurso, Mouriño expresó: «Sois un claro ejemplo de las raíces de este club. Unas raíces fuertes y leales, gracias a las cuales hemos podido crecer y ser lo que somos hoy». Este reconocimiento no solo es un tributo a la lealtad, sino también un recordatorio de los valores que sustentan al Celta de Vigo.
### Un acto lleno de emociones y recuerdos
El evento tuvo lugar en un ambiente de celebración y nostalgia, donde los asistentes pudieron recordar las numerosas batallas que han vivido juntos a lo largo de los años. La entrega de las Insignias de Oro a los abonados que cumplieron 50 años de antigüedad fue el momento culminante de la ceremonia. Los homenajeados fueron Francisco Alonso, Manuel C. Pose, Carmen Docampo, Susana Asenjo, entre otros, quienes recibieron este reconocimiento en un acto que reunió a jugadores, leyendas del club y miembros del consejo de administración.
La presencia de figuras históricas del celtismo, como Vlado Gudelj y Manolo, ‘O Gran Capitán’, añadió un toque especial a la celebración. Estos íconos del club compartieron el escenario con los actuales capitanes del equipo, Iago Aspas, Iván Villar, Fran Beltrán y Carl Starfelt, quienes también mostraron su respeto y admiración hacia los abonados homenajeados. La conexión entre generaciones de aficionados y jugadores es un aspecto fundamental que el Celta ha sabido cultivar a lo largo de su historia.
La presidenta Mouriño enfatizó que el club está en un camino de crecimiento continuo, afirmando: «Juntos estamos construyendo ese Celta que siempre soñamos, cada vez más grande, cada vez más fuerte». Esta declaración refleja la ambición del club de seguir avanzando y mejorando, siempre con el apoyo incondicional de sus aficionados.
### La importancia de la comunidad en el fútbol
El acto no solo fue un homenaje a la lealtad de los abonados, sino también una celebración de la comunidad que se ha formado en torno al Celta de Vigo. En un mundo donde el fútbol profesional a menudo se ve afectado por el mercantilismo y la deshumanización, eventos como este resaltan la importancia de las relaciones personales y el sentido de pertenencia que los aficionados sienten hacia su club.
La fidelidad de estos abonados durante cinco décadas es un testimonio del impacto que el Celta ha tenido en sus vidas. Muchos de ellos han vivido momentos de gloria y decepción, pero siempre han estado ahí, apoyando al equipo en cada paso del camino. Este tipo de compromiso es lo que hace que el fútbol sea más que un simple deporte; es una forma de vida que une a las personas.
La ceremonia concluyó con una cena cóctel, donde los asistentes pudieron compartir anécdotas y recuerdos, fortaleciendo aún más los lazos que los unen. Este tipo de eventos son esenciales para mantener viva la cultura del club y para recordar a todos los involucrados que, al final del día, el fútbol es un juego que se juega por y para la gente.
El Celta de Vigo, a través de este homenaje, ha reafirmado su compromiso con sus aficionados y ha demostrado que la lealtad y la pasión son valores que siempre tendrán un lugar en el corazón del club. La celebración de los 50 años de estos abonados no solo es un reconocimiento a su fidelidad, sino también un recordatorio de que el verdadero espíritu del fútbol reside en la comunidad que lo rodea.