En un contexto marcado por la inminente elección de un nuevo Papa, los obispos de Euskal Herria han emitido un manifiesto conjunto que resuena con un fuerte llamado a la paz. Este mensaje, que se presenta como un compromiso con el legado del Papa Francisco, busca instar a las autoridades políticas e institucionales a intensificar sus esfuerzos por lograr un entorno pacífico y estable.
El manifiesto, firmado por los obispos de Bilbao, Gasteiz, Donostia, así como el arzobispo de Iruñea y obispo de Tudela, se hace eco de las palabras del Papa Francisco, quien en su último mensaje de Pascua enfatizó que «la paz no es posible sin un verdadero desarme». Este enfoque subraya la necesidad de evitar una carrera armamentista y, en cambio, fomentar el diálogo y la cooperación entre los pueblos.
Los obispos destacan que su compromiso con la paz y el diálogo no es una opción, sino una exigencia fundamental que emana del corazón del Evangelio. En su última carta pastoral, también hicieron hincapié en que la paz y la esperanza deben ser vistas como caminos de renovación para el mundo.
Frente a la creciente incertidumbre y el miedo que puede surgir en tiempos de conflicto, los obispos proponen un ‘Kit de paz y esperanza’. Este kit se presenta como una alternativa al ‘kit de supervivencia’, que tiende a alimentar la desconfianza y el temor. La idea es promover una visión más humana y abierta a la fraternidad, donde la esperanza se convierta en un motor de acción y no en un freno.
El manifiesto invita a las autoridades a redoblar sus esfuerzos por encontrar soluciones pacíficas y estables, instando a que se silencien las armas y se fortalezcan los canales diplomáticos. La construcción de espacios de negociación orientados hacia una paz justa y duradera es vista como una necesidad urgente. Los obispos piden mensajes de confianza que puedan generar alternativas sólidas, evitando así que el miedo y la confusión se apoderen de la sociedad.
El documento concluye con una referencia a la llamada del Papa Francisco a transformar los signos de los tiempos en signos de esperanza. Los obispos se muestran convencidos de que la fe en Jesús puede ser una fuerza poderosa para promover la paz y el entendimiento en un mundo cada vez más dividido. Este manifiesto no solo es un llamado a la acción, sino también una invitación a todos los sectores de la sociedad a comprometerse con la paz como un objetivo común y necesario.