El colectivo de palistas profesionales de Innpala ha decidido iniciar una huelga indefinida, en respuesta a la falta de mejoras en sus condiciones laborales. Este grupo, que incluye a destacados pelotaris como Oier Alkorta, Asier del Río y Jagoba Madariaga, ha denunciado la intención de la empresa de sustituir a los palistas en los partidos programados, lo que consideran una violación directa de su derecho a la huelga.
La situación se ha intensificado en las últimas semanas, con un cruce de comunicados entre los pelotaris y la empresa. Innpala, que gestiona la actividad de estos deportistas, había ofrecido la contratación de tres compañeros hasta finales de 2025 y la posibilidad de discutir mejoras en sus condiciones. Sin embargo, los palistas rechazaron esta propuesta, argumentando que no se atendían sus reivindicaciones fundamentales.
Los palistas han expresado que su decisión de mantener la huelga se debe a la falta de soluciones reales a sus demandas. Aseguran que el conflicto no se originó únicamente por la no renovación de contratos de algunos compañeros, sino que es parte de una lucha más amplia por condiciones laborales dignas. En este sentido, han criticado la actitud de la empresa, que en lugar de buscar un diálogo constructivo, ha optado por organizar un torneo femenino, lo que consideran un intento de debilitar su posición durante la huelga.
Innpala, por su parte, ha manifestado su sorpresa ante la negativa de los palistas a discutir su propuesta, que incluía la mayoría de sus demandas. La empresa ha recordado que la relación laboral con los palistas está regulada por el Real Decreto 1006/85, que establece que todos los contratos son de duración determinada. A pesar de los esfuerzos por llegar a un acuerdo, la situación sigue estancada.
Los palistas han denunciado que en las reuniones recientes se les han impuesto exigencias inaceptables, como la retirada de denuncias y desvincularse públicamente de su sindicato. Aseguran que estas condiciones no son negociables y que la falta de confianza en la dirección de la empresa ha complicado aún más el diálogo.
En medio de este conflicto, los palistas han reiterado su compromiso con la lucha por sus derechos laborales y han dejado claro que no están en contra de la celebración de eventos deportivos, como el torneo femenino, pero sí critican el uso de estos eventos como una herramienta para socavar su posición.
La situación en Innpala refleja un problema más amplio en el ámbito deportivo, donde los derechos laborales de los atletas profesionales a menudo son vulnerados. La huelga de los palistas de Innpala es un llamado de atención sobre la necesidad de establecer convenios colectivos que regulen adecuadamente sus condiciones de trabajo y garanticen su derecho a la huelga.
A medida que avanza el conflicto, la atención se centra en cómo se desarrollarán las negociaciones entre los palistas y la empresa. La comunidad deportiva y los aficionados están a la expectativa de una resolución que permita a los pelotaris regresar a la competición en condiciones justas y dignas. La lucha de los palistas de Innpala es un recordatorio de la importancia de la solidaridad y la organización en la defensa de los derechos laborales en el deporte.