El 7 de mayo de 2000, un día que marcó un antes y un después en la vida de Alain López de Lacalle, se convirtió en el recuerdo imborrable de la pérdida de su padre, José Luis López de Lacalle, asesinado por ETA. Alain, en una emotiva entrevista, comparte sus recuerdos y reflexiones sobre el legado de su padre y la necesidad de mantener viva la memoria de las víctimas del terrorismo.
### La Tragedia de un Asesinato
Alain recuerda con dolor el momento en que su vida cambió para siempre. «Esa mañana me despertaron los cuatro disparos que mataron a mi padre», relata con una voz entrecortada. A sus 22 años, se encontraba en su cama cuando escuchó los ruidos que marcarían el fin de una era. Su padre, un reconocido articulista, había sido un firme defensor de las libertades y un crítico del terrorismo. La historia de José Luis es la de un hombre que, a pesar de las amenazas y el acoso, nunca dejó de expresar sus ideas.
El asesinato de su padre no solo dejó una herida profunda en la familia, sino que también dejó una marca en la comunidad de Andoain, donde vivían. Alain menciona que, aunque el dolor es constante, cada año el aniversario del asesinato se vive con una intensidad especial. «Siempre se siente igual y te afecta igual, pero 25 años se prestan un poco más a una conmemoración especial», dice, refiriéndose a los actos que se organizan en su memoria.
La figura de José Luis López de Lacalle es recordada no solo por su valentía ante el terrorismo, sino también por su compromiso con la dignidad humana. Alain destaca que su padre siempre defendió la idea de que no se puede responder al terror con más terror. Esta filosofía de vida es un legado que Alain se esfuerza por transmitir a sus propias hijas, quienes comienzan a preguntar sobre su abuelo. «Es complicado, pero les contamos la verdad de una forma que puedan entender», explica.
### La Memoria y el Reconocimiento
La memoria de las víctimas del terrorismo es un tema delicado en la sociedad vasca. Alain expresa su preocupación por el deseo de algunos de pasar página demasiado rápido. «Es importante seguir recordando. Para nosotros es un día complicado, pero el homenaje siempre es reconfortante», afirma. La lucha por mantener viva la memoria de su padre y de otros asesinados es una tarea que Alain toma con seriedad.
El hijo del periodista asesinado critica a la izquierda abertzale por no reconocer el daño causado por el terrorismo. «Deberían decir, de una vez, que todo aquello no tuvo que haber existido nunca y que fue un error político y ético», sostiene. Esta falta de reconocimiento, según Alain, es una de las asignaturas pendientes en la construcción de una convivencia pacífica en Euskadi.
Alain también reflexiona sobre el papel de las familias de las víctimas en la sociedad. «No hemos hecho nada para romper la convivencia de este país, más bien al contrario. En todo caso, serán aquellos que han roto la convivencia los que tengan que hacer algo», señala. Esta declaración resalta la necesidad de un diálogo sincero y de un reconocimiento de los errores del pasado para avanzar hacia un futuro más pacífico.
La historia de José Luis López de Lacalle es un recordatorio de que el terrorismo no solo causa muertes, sino que también deja un legado de dolor y sufrimiento en las familias de las víctimas. Alain, a través de su testimonio, busca que la sociedad no olvide lo que ocurrió y que se reconozca el sufrimiento de aquellos que han perdido a sus seres queridos a causa de la violencia.
La figura de Alain López de Lacalle se erige como un símbolo de resistencia y esperanza. A pesar del dolor que lleva consigo, su compromiso con la memoria de su padre y su lucha por la verdad son un faro de luz en la oscuridad que dejó el terrorismo. Su historia es un llamado a la reflexión sobre la importancia de recordar y reconocer el pasado para construir un futuro en paz.