Fernando Alonso, el reconocido piloto español, vivió un fin de semana complicado en el Gran Premio de Miami, donde no solo se vio afectado por un accidente, sino que también experimentó frustración con la estrategia de su equipo, Aston Martin. Durante la carrera a sprint, Alonso intentó en tres ocasiones entrar a boxes para cambiar neumáticos, pero su equipo desestimó sus peticiones, lo que generó un clima de tensión entre el piloto y la escudería.
En la rueda de prensa posterior a la carrera, Alonso restó importancia al toque que tuvo con Liam Lawson, el piloto de Alpha Tauri, que le impidió finalizar la carrera y sumar sus primeros puntos de la temporada. Sin embargo, lo que realmente le molestó fue la falta de respuesta de su equipo ante su insistencia por cambiar neumáticos. A lo largo de la carrera, Alonso se comunicó con su ingeniero, Andrew Vizard, en varias ocasiones, expresando su deseo de entrar a boxes.
La primera solicitud de Alonso se produjo en la vuelta 11, cuando preguntó cuántos pilotos habían parado por detrás. Desde el muro le informaron que nadie había entrado, pero que estaban considerando la situación. A medida que avanzaba la carrera, Alonso se mostraba cada vez más inquieto, señalando que cada vuelta que pasaba, su ritmo se volvía más lento. A pesar de sus argumentos, el equipo insistió en que era mejor permanecer en pista.
A medida que la carrera avanzaba, la situación se tornó más crítica. En la vuelta 12, Alonso fue informado de que tanto Lance Stroll como Lewis Hamilton habían cambiado a neumáticos medios. A pesar de esto, el ingeniero de pista continuó recomendándole que no entrara, lo que llevó a Alonso a expresar su frustración, indicando que podría adelantar a otros pilotos si se le permitía cambiar neumáticos.
Finalmente, en la vuelta 13, el equipo cedió y le dio la autorización para entrar a boxes. Sin embargo, en la vuelta siguiente, Alonso sufrió un accidente con Lawson, lo que selló su destino en la carrera. Tras el incidente, el piloto se mostró visiblemente molesto, no solo por el golpe, sino también por la falta de comunicación y estrategia de su equipo. En la rueda de prensa, enfatizó que había estado pidiendo neumáticos secos durante varias vueltas, pero que el equipo no consideró que fueran necesarios. Al ver que Hamilton terminó en el podio, Alonso lamentó que podrían haber estado compitiendo en posiciones más altas si se hubiera seguido su consejo.
La situación en Aston Martin ha sido complicada desde el inicio de la temporada, y Alonso ha sido claro al expresar que el equipo se encuentra en una posición desfavorable en comparación con sus competidores. En su análisis post-carrera, el piloto asturiano asumió la realidad de su escudería, afirmando que el ritmo del coche no es competitivo en este momento. Esta situación ha llevado a un ambiente de frustración, no solo para Alonso, sino también para los aficionados que esperan ver al bicampeón del mundo en posiciones más competitivas.
El GP de Miami dejó claro que la comunicación entre el piloto y el equipo es crucial para el éxito en la Fórmula 1. La insistencia de Alonso por entrar a boxes y la negativa del equipo a seguir su consejo resaltan la importancia de una estrategia bien coordinada. A medida que avanza la temporada, será interesante observar cómo Aston Martin ajusta su enfoque y si Alonso podrá recuperar la confianza en su equipo para lograr mejores resultados en las próximas carreras.