En la madrugada del 2 de mayo, Bilbao fue escenario de disturbios que dejaron a una mujer herida y resultaron en la detención de dos jóvenes. Los incidentes ocurrieron alrededor de la una y media de la madrugada en la intersección de Licenciado Poza con María Díaz de Haro, justo dos horas después de que finalizara el partido entre el Athletic Club y el Manchester United.
Un grupo de jóvenes comenzó a lanzar botellas de vidrio en la calle, lo que provocó una respuesta inmediata de las autoridades. Según el departamento de Seguridad, varias personas sufrieron lesiones durante los desórdenes. Una mujer, en particular, tuvo que ser trasladada al hospital debido a un corte en la pierna que requirió la aplicación de un torniquete.
La rápida intervención de las patrullas de la Ertzaintza, junto con la Brigada Móvil y agentes de la Policía Municipal, permitió controlar la situación. Durante la operación, se detuvo a dos jóvenes, de 18 y 17 años, quienes fueron liberados posteriormente a la espera de comparecer ante el juzgado. Ambos están acusados de desórdenes públicos, y uno de ellos fue encontrado en posesión de una botella y un vaso ocultos en su ropa.
Además de los detenidos, otros dos individuos fueron identificados y se les han abierto diligencias como investigados en el mismo atestado policial. Este tipo de incidentes no son nuevos en la ciudad, especialmente en el contexto de eventos deportivos donde la emoción puede desbordarse y dar lugar a comportamientos violentos.
Las autoridades locales han expresado su preocupación por la seguridad en los alrededores de los estadios y han implementado medidas para prevenir que situaciones similares se repitan en el futuro. La colaboración entre la Ertzaintza y la Policía Municipal es fundamental para garantizar la seguridad de los ciudadanos y mantener el orden público durante eventos de gran afluencia.
Los disturbios también han generado un debate sobre la responsabilidad de los clubes deportivos en la promoción de un ambiente seguro y respetuoso entre sus aficionados. En este sentido, se espera que el Athletic Club tome medidas para fomentar el comportamiento responsable entre sus seguidores, especialmente en partidos de alto perfil como el que se disputó contra el Manchester United.
La comunidad de Bilbao ha reaccionado con preocupación ante estos incidentes, y muchos ciudadanos han expresado su deseo de que se tomen medidas efectivas para evitar que la violencia se convierta en una parte habitual de la experiencia de asistir a eventos deportivos. La seguridad de los asistentes y la integridad de la ciudad son prioridades que deben ser abordadas con seriedad y compromiso.
A medida que se desarrollan las investigaciones, se espera que las autoridades continúen trabajando para esclarecer los hechos y aplicar las sanciones correspondientes a los responsables de los disturbios. La situación también pone de relieve la necesidad de un enfoque más amplio para abordar la violencia en el deporte, que no solo involucra a los aficionados, sino también a los clubes y a las instituciones encargadas de la seguridad pública.
En resumen, los incidentes ocurridos en Bilbao son un recordatorio de los desafíos que enfrentan las ciudades en la gestión de la seguridad durante eventos deportivos. La colaboración entre las autoridades y la comunidad es esencial para garantizar que el deporte siga siendo una fuente de alegría y unidad, en lugar de convertirse en un catalizador para la violencia y el desorden.