La reciente reestructuración en la cúpula de La Caixa ha generado un gran revuelo en el ámbito financiero español. Isidro Fainé, presidente de la entidad, ha decidido poner fin a la breve gestión de Ángel Simón como consejero delegado de Criteria, la sociedad de inversión del grupo. Este cambio, que se formalizó el 29 de abril de 2025, ha llevado a Francisco Reynés a asumir el cargo de vicepresidente ejecutivo, un movimiento que no solo refleja la búsqueda de un nuevo rumbo para Criteria, sino que también pone de manifiesto las tensiones internas y las presiones externas que enfrenta la organización.
La decisión de Fainé de reemplazar a Simón no fue repentina. Desde su llegada a Criteria, Simón había intentado implementar un ambicioso plan estratégico que buscaba revitalizar la sociedad de inversión, que había estado en un periodo de repliegue durante más de quince años. Su objetivo era claro: aumentar la influencia de Criteria en el mercado español, especialmente en sectores estratégicos como las telecomunicaciones y la energía. Sin embargo, su enfoque agresivo y su estilo de gestión no fueron bien recibidos por todos los miembros de la organización, lo que llevó a un clima de desconfianza y tensiones con Fainé.
### La Estrategia de Simón y sus Desafíos
Simón llegó a Criteria con la intención de revolucionar la forma en que la entidad operaba. En junio de 2024, presentó un plan estratégico para el periodo 2025-2030, que incluía la ambiciosa meta de generar 700 millones de euros en dividendos para la Fundación La Caixa. En su corto mandato, Criteria logró duplicar su participación en Telefónica, una maniobra que fue vista como un intento de frenar la influencia de inversores extranjeros, especialmente de Arabia Saudita. Sin embargo, a pesar de estos logros, Simón enfrentó varios desafíos significativos.
Uno de los principales problemas fue la falta de alineación con la cultura organizacional de La Caixa. La entidad había estado operando con un enfoque más conservador y menos agresivo en sus inversiones, lo que contrastaba con la visión de Simón. Además, la presión política también jugó un papel crucial en su gestión. La percepción de que La Caixa se había convertido en un brazo financiero del Gobierno español, especialmente bajo la administración de Pedro Sánchez, complicó aún más su posición. Las críticas de la oposición, que acusaban a Simón de tener vínculos demasiado cercanos con el partido socialista, aumentaron la presión sobre su liderazgo.
La situación se tornó aún más complicada cuando se produjo la salida de José María Álvarez-Pallete de la presidencia de Telefónica, un movimiento que generó incomodidad en La Caixa y que fue visto como un reflejo de la creciente influencia del Gobierno en las decisiones empresariales. Simón, junto con otros directivos, tuvo que asumir la responsabilidad de comunicar esta decisión, lo que intensificó las tensiones internas.
### El Ascenso de Francisco Reynés
Con la salida de Simón, Francisco Reynés se convierte en el nuevo vicepresidente ejecutivo de Criteria. Reynés, que ya ocupaba el cargo de presidente ejecutivo de Naturgy, es considerado un ejecutivo más alineado con la visión tradicional de La Caixa. Su nombramiento se interpreta como un intento de restaurar la estabilidad y la confianza dentro de la organización, así como de acercar a La Caixa a sus raíces más conservadoras.
Reynés ha sido parte del grupo La Caixa desde hace años y su experiencia en el sector energético y su relación con el Gobierno podrían ser factores clave en su nuevo rol. Se espera que su enfoque sea más cauteloso y que busque mantener una relación fluida con las autoridades, algo que podría ser beneficioso para Criteria en un entorno económico cada vez más incierto.
La elección de Reynés también refleja un cambio en la estrategia de La Caixa, que parece estar buscando un equilibrio entre la innovación y la estabilidad. En un contexto donde las inversiones en empresas estratégicas son cada vez más vigiladas por el Gobierno, la experiencia de Reynés podría ser un activo valioso para navegar por las complejidades del mercado actual.
La reciente inversión de Criteria en la siderúrgica Celsa, por más de 200 millones de euros, es un ejemplo de cómo la nueva dirección podría enfocarse en fortalecer empresas con un fuerte arraigo en el país. Este movimiento ha sido visto como estratégico por los gobiernos de Madrid y Barcelona, que valoran la importancia de mantener empleos y producción en el país.
A medida que La Caixa se adentra en esta nueva etapa bajo la dirección de Reynés, el sector financiero estará atento a cómo se desarrollan estas dinámicas internas y externas. La capacidad de la entidad para adaptarse a un entorno cambiante y para gestionar las relaciones con el Gobierno y otros actores clave será fundamental para su éxito en el futuro.