En un contexto internacional marcado por tensiones comerciales, el lehendakari Imanol Pradales se enfrenta a su primer gran reto como líder del Gobierno Vasco. La guerra comercial impulsada por los aranceles de Trump ha generado incertidumbre, pero Pradales se muestra optimista sobre la capacidad de Euskadi para adaptarse y prosperar. Asegura que la economía vasca está mejor preparada que en crisis anteriores, gracias a un tejido empresarial más robusto y una mayor internacionalización.
La situación económica actual ha llevado a muchos expertos a cuestionar la competitividad de Euskadi en el mercado global. Sin embargo, Pradales defiende que la economía vasca está en una posición favorable, con empresas más capitalizadas y un enfoque en la diversificación de mercados. A pesar de las críticas de algunos empresarios sobre la reciente reforma fiscal, el lehendakari sostiene que esta revisión proporciona herramientas necesarias para enfrentar retos como la transición energética.
La guerra comercial, según Pradales, podría llevar a un empobrecimiento general, afectando tanto a Estados Unidos como al resto del mundo, incluyendo a Euskadi. Para mitigar estos efectos, el Gobierno Vasco ha activado un paquete de medidas que incluye avales y préstamos para garantizar la liquidez de las empresas y proteger el empleo. La búsqueda de nuevos mercados, especialmente en América del Sur y Asia, se presenta como una estrategia clave para diversificar las exportaciones y reducir la dependencia del mercado estadounidense.
En el ámbito político, Pradales aborda la cuestión del autogobierno y el derecho a decidir. Asegura que hay un consenso amplio en Euskadi sobre la necesidad de mejorar el estatus de autogobierno, aunque el debate sobre la independencia ha perdido protagonismo en favor de un enfoque más pragmático. La idea de un acuerdo pactado sobre el derecho a decidir se perfila como una opción viable, en un contexto donde las fuerzas políticas vascas están buscando puntos en común.
El lehendakari también destaca la importancia de la unidad entre los actores políticos, sociales y económicos de Euskadi para enfrentar los desafíos actuales. La colaboración entre PNV, Bildu y PSE se presenta como un elemento crucial para avanzar en el diálogo sobre el nuevo estatus de autogobierno, que podría incluir el reconocimiento de la realidad nacional vasca.
Pradales reconoce que la sociedad vasca ha cambiado y que las preguntas sobre la independencia deben adaptarse a esta nueva realidad. La búsqueda de un modelo de soberanía compartida, que respete la identidad vasca y se integre en el contexto europeo, se plantea como un camino a seguir. La necesidad de abordar el derecho a decidir de manera consensuada se convierte en un tema central en la agenda política vasca.
En cuanto a la situación de la ultraderecha, el lehendakari no percibe un riesgo inminente de que surjan movimientos nacionalistas anti-inmigración en Euskadi. La sociedad vasca, según su análisis, ha demostrado ser acogedora y plural, lo que contrarresta la posibilidad de que se desarrollen fenómenos similares a los observados en otras regiones de Europa.
Finalmente, Pradales subraya la importancia de la seguridad en el contexto actual, señalando que Europa debe invertir más en defensa y en la autonomía estratégica del continente. Euskadi, aunque no cuenta con una industria militar significativa, tiene capacidades industriales que podrían ser aprovechadas en el marco de nuevas inversiones en seguridad y defensa.
El lehendakari concluye que la situación actual presenta tanto desafíos como oportunidades, y que la clave para Euskadi radica en su capacidad de adaptación y en la búsqueda de consensos que permitan avanzar hacia un futuro más próspero y autónomo.