Las Juntas Generales de Gipuzkoa han llevado a cabo una votación crucial sobre la enmienda a la totalidad presentada por EH Bildu en relación con la reforma fiscal. La propuesta, que buscaba modificar de manera significativa la revisión tributaria, fue rechazada con un resultado de 26 votos en contra, 22 a favor y 3 abstenciones. Este pleno se realizó el mismo día en que las reformas fiscales fueron aprobadas en Bizkaia y Álava, lo que añade un contexto de comparación entre las diferentes políticas fiscales en la comunidad autónoma.
La diputada de Hacienda, Itziar Agirre, del PNV, abrió el debate defendiendo la reforma fiscal que ha sido acordada por el Gobierno foral, compuesto por PNV, PSE y Podemos. Agirre destacó que las medidas incluidas en la reforma están diseñadas para beneficiar a sectores vulnerables de la sociedad, como mujeres, jóvenes y clases medias. En su intervención, subrayó que la reforma aborda problemas críticos como la vivienda, la conciliación laboral y la igualdad de oportunidades, afirmando que se trata de una iniciativa que busca mejorar el bienestar general de Gipuzkoa.
En cuanto a la problemática de la vivienda, Agirre mencionó que se han implementado medidas específicas para facilitar el acceso a la vivienda, especialmente para los jóvenes, y para fomentar el alquiler de propiedades. Estas acciones son parte de un enfoque más amplio para abordar la escasez de vivienda y los altos precios que afectan a la población guipuzcoana.
Por su parte, Maddalen Iriarte, portavoz de EH Bildu, criticó la reforma presentada por el Gobierno foral, calificándola de «oportunidad perdida». Iriarte argumentó que las deducciones propuestas no son suficientes para realizar una reforma fiscal profunda y que, en su opinión, la iniciativa es más un retoque que una solución real a los problemas fiscales de Gipuzkoa. En su discurso, enfatizó que la reforma no proporciona la seguridad necesaria para las personas ni para el territorio, y que no garantiza la recaudación adecuada para financiar los servicios públicos.
La respuesta a la propuesta de EH Bildu no se hizo esperar. Miren Echeveste, de Elkarrekin Gipuzkoa, descalificó la enmienda de la coalición abertzale, tildándola de «populismo comunicativo» y argumentando que su partido ha llegado a un acuerdo con PNV y PSE que beneficia a la mayoría de la sociedad. Echeveste se mostró satisfecha con el descontento de Confebask, la patronal vasca, respecto a las medidas fiscales propuestas, que aumentan la presión fiscal sobre las empresas que no mantengan o creen empleo.
Desde el Partido Popular, Mikel Lezama criticó la postura del PSE por no haber alcanzado un acuerdo con su partido, defendiendo que su enfoque se centra en incentivar la inversión en lugar de aumentar la carga fiscal sobre los trabajadores y las clases medias. Lezama también cuestionó la afirmación de la diputada general, Eider Mendoza, sobre que la reforma beneficiaría la competitividad de la industria, señalando que la Cámara de Comercio y Adegi han expresado opiniones contrarias a esta afirmación.
Alberto Albistegui, del PSE, defendió el acuerdo alcanzado entre su partido, PNV y Podemos, considerándolo un pacto fiscal de país que mejora las normas forales actuales. Albistegui destacó que la reforma incluye medidas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas y políticas progresistas que buscan avanzar en la justicia fiscal y el bienestar social.
Tras una segunda ronda de intervenciones, se procedió a la votación final, donde la enmienda a la totalidad de EH Bildu no logró el apoyo necesario para ser aprobada. La reforma fiscal, que ha generado un intenso debate en las Juntas Generales, se someterá a una votación definitiva el próximo 7 de mayo, lo que permitirá a los grupos políticos seguir discutiendo y ajustando las medidas propuestas en función de las necesidades de la ciudadanía guipuzcoana.