El canicross ha ganado popularidad en los últimos años, convirtiéndose en un deporte emocionante que combina la velocidad de los corredores con la energía de sus perros. Este fin de semana, Oier Sánchez, un corredor bilbaíno, tuvo la oportunidad de demostrar su talento en el Mundial de Canicross celebrado en Pardubice, República Checa. A pesar de ser su primera experiencia en un evento de tal magnitud, Oier logró posicionarse entre los mejores del mundo, alcanzando un notable vigésimo segundo lugar en la clasificación general.
La competencia, que reunió a equipos de toda Europa, se llevó a cabo en un circuito desafiante de más de cinco kilómetros, donde los corredores debían enfrentarse a tramos rápidos y zonas técnicas. A pesar de las condiciones climáticas adversas, con frío y barro, Oier y su perro Hegan, un eurohound lleno de energía, lograron mantener un buen ritmo y demostrar su compenetración.
### La Experiencia del Mundial
El Mundial de Canicross no solo fue una prueba de resistencia física, sino también una experiencia enriquecedora para Oier. En su primera jornada, el corredor se sintió un poco nervioso, lo que se reflejó en su vigésimo cuarta posición. Sin embargo, este resultado no lo desanimó; al contrario, lo motivó para mejorar en la segunda jornada. «Era una toma de contacto. Había nervios, el circuito estaba demasiado seco y Hegan salió con muchísima energía», comentó Oier sobre su primera carrera.
El segundo día, Oier se presentó con una mentalidad renovada y un objetivo claro: entrar entre los diecisiete primeros del mundo. A medida que avanzaba la carrera, la humedad del bosque y el barro del circuito pusieron a prueba su habilidad y coordinación con Hegan. «Hemos sabido leer bien las curvas y mantener el ritmo», expresó Oier, satisfecho con la compenetración alcanzada con su compañero canino.
El ambiente en el campeonato fue descrito por Oier como «impresionante», con carpas y furgonetas repletas de deportistas de todo el mundo. La organización del evento se destacó por su respeto hacia los animales, lo que hizo que Oier se sintiera aún más motivado. «Es bonito ver cómo se respeta aquí a los perros. Son verdaderos atletas», aseguró.
### Aprendizajes y Futuro
Uno de los aspectos más valiosos de esta experiencia fue la oportunidad de medirse con corredores de élite, incluyendo al campeón mundial Ben Robinson. Oier pudo aprender nuevas estrategias de salida y recuperación que planea aplicar en futuras competiciones. Sin embargo, no todo fue perfecto; en la segunda jornada, un perro de otro corredor se interpuso en su camino, provocando una caída en el primer kilómetro. A pesar de este contratiempo, Oier logró recuperarse rápidamente y continuar la carrera.
El apoyo de su equipo, Euskal Cross, fue fundamental durante el evento. Oier estuvo acompañado por otros corredores, incluyendo a su amigo Iosu Varona, campeón del mundo en la modalidad de bikejoring. Juntos, analizaron tramos del circuito y compartieron momentos de camaradería entre carreras. «Lo que más me llevo es todo lo que hemos aprendido juntos. Es el primer Mundial para muchos de nosotros, y eso se nota», reflexionó Oier.
Con el Mundial detrás, Oier ya tiene la vista puesta en el Campeonato Estatal que se celebrará en un mes. Su objetivo es consolidar el progreso que ha demostrado en Chequia y competir entre los primeros. «Ahí sí quiero estar entre los primeros», afirmó con determinación.
A pesar del cansancio acumulado por las largas horas de viaje y la intensa competencia, Oier y Hegan regresan a Bilbao con la satisfacción de haber dado un gran paso en su trayectoria deportiva. «Estar aquí ya es un premio, pero también una motivación enorme para seguir creciendo», concluyó Oier, quien espera repetir la experiencia en el próximo Mundial. Con su dedicación y el apoyo de su fiel compañero, este binomio promete seguir brillando en el mundo del canicross.
