La situación política en España se ha vuelto más compleja en las últimas semanas, especialmente en lo que respecta a la cuestión del Sáhara Occidental. La reciente resolución del Consejo de Seguridad de la ONU ha generado un intenso debate entre los partidos políticos, especialmente entre los socios de investidura del Gobierno. La exigencia de comparecencia del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, por parte de formaciones como EH Bildu, ERC y el BNG, pone de relieve la creciente presión sobre el Ejecutivo para que reevalúe su postura respecto a Marruecos y el Sáhara.
### Contexto de la Resolución de la ONU
El Consejo de Seguridad de la ONU emitió una resolución el 31 de octubre que ha sido interpretada por Marruecos como una «victoria histórica». Este documento reafirma el plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sáhara Occidental, un territorio que España administró hasta 1975. Sin embargo, la resolución también ha sido objeto de críticas, ya que ignora el derecho del pueblo saharaui a la autodeterminación, un principio que sigue siendo fundamental en el derecho internacional.
A pesar de la postura de la ONU, que considera al Sáhara Occidental como un «territorio no autónomo», el Gobierno español ha mantenido un apoyo implícito al plan marroquí. Esto ha llevado a que partidos como EH Bildu, ERC y el BNG exijan un cambio en la política exterior de España, argumentando que el Gobierno debe alinearse con el derecho internacional y apoyar un referéndum de autodeterminación para el pueblo saharaui.
La Marcha Verde, que marcó el inicio de la ocupación marroquí del Sáhara en 1975, se conmemora este año, lo que añade un contexto histórico a las demandas actuales. Los partidos que han solicitado la comparecencia de Albares argumentan que el Gobierno debe defender el mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental (MINURSO) y garantizar que se organice un referéndum que permita al pueblo saharaui decidir su futuro.
### La Respuesta del Gobierno y las Reacciones de los Partidos
La respuesta del Gobierno español ante estas demandas ha sido cautelosa. En lugar de adoptar una postura firme en apoyo del referéndum, el Ejecutivo ha optado por mantener su apoyo al plan de autonomía de Marruecos, lo que ha generado descontento entre sus socios de investidura. La situación se complica aún más con la reciente decisión de Junts de bloquear leyes del Consejo de Ministros, lo que pone en riesgo la estabilidad del Gobierno.
Los partidos que han solicitado la comparecencia de Albares han expresado su preocupación por la falta de una política exterior clara y coherente en relación con el Sáhara. En una nota conjunta, enfatizan que el respeto al derecho internacional y a la libre determinación del pueblo saharaui debe ser un principio irrenunciable de la política exterior de cualquier democracia. Esta postura se alinea con la opinión de muchos expertos en derecho internacional, quienes sostienen que el reconocimiento del derecho a la autodeterminación es fundamental para la resolución de conflictos en territorios en disputa.
Además, a principios de octubre, estos mismos partidos enviaron una carta a Albares en la que solicitaban que el Gobierno se oponga a un nuevo acuerdo comercial que la Unión Europea busca cerrar con Marruecos. Este acuerdo, según ellos, podría incluir al Sáhara Occidental, lo que consideran una violación del derecho internacional, dado que el territorio sigue siendo considerado como ocupado ilegalmente.
La proposición no de ley registrada por Sumar en el Congreso también refleja esta preocupación. A través de su portavoz, Enrique Santiago, el partido ha instado al Gobierno a reafirmar el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui y a convocar el referéndum que la ONU ha previsto. La crítica hacia la última posición de la ONU, que apoya la autonomía del Sáhara dentro de Marruecos, ha sido contundente, y se ha exigido una política exterior que respete los principios del derecho internacional.
La presión sobre el Gobierno para que cambie su postura se intensifica a medida que se acercan las elecciones y los partidos buscan consolidar su base electoral. La cuestión del Sáhara Occidental no solo es un tema de política exterior, sino que también se ha convertido en un asunto de identidad nacional y de derechos humanos, lo que lo hace aún más relevante en el contexto político actual.
En este clima de tensión, la comparecencia de José Manuel Albares en el Congreso se presenta como un momento crucial. Los partidos que han solicitado su presencia buscan respuestas claras sobre la dirección que tomará el Gobierno en relación con el Sáhara Occidental y cómo planea abordar las preocupaciones de sus socios de investidura. La falta de claridad en la política exterior de España podría tener repercusiones no solo en la estabilidad del Gobierno, sino también en las relaciones con Marruecos y en la percepción internacional de España como un defensor del derecho internacional y de los derechos humanos.
La situación en el Sáhara Occidental sigue siendo un tema candente que requiere atención y acción. La presión de los partidos políticos y la opinión pública podrían forzar al Gobierno a reconsiderar su postura y a adoptar una posición más alineada con el derecho internacional y las expectativas de sus ciudadanos. La comparecencia de Albares podría ser un primer paso hacia un cambio significativo en la política exterior española respecto al Sáhara Occidental.