La situación en Gaza sigue siendo un tema candente en el ámbito internacional, especialmente tras el anuncio de un plan de paz por parte de Donald Trump. Sin embargo, casi 20 días después de este anuncio, el acuerdo se encuentra en un estado de incertidumbre, con varios puntos aún sin consenso entre las partes involucradas. En este contexto, el rey Abdalá II de Jordania ha expresado su postura sobre la intervención internacional en la región, destacando la complejidad del mantenimiento de la paz en Gaza.
La postura de Jordania sobre la intervención en Gaza
En una reciente entrevista, el rey Abdalá II dejó claro que Jordania no está dispuesta a enviar tropas a Gaza bajo el actual plan de alto el fuego. El monarca enfatizó que la misión de las fuerzas de seguridad en Gaza debería ser la de mantener la paz, y no la de imponerla. “¿Cuál es el mandato de las fuerzas de seguridad dentro de Gaza? Esperamos que sea de mantenimiento de la paz, porque si se trata de imponer la paz, nadie querrá involucrarse”, afirmó Abdalá II. Esta declaración resalta la reticencia de Jordania a participar en un conflicto que podría escalar y complicar aún más la situación en la región.
El plan de paz propuesto por Trump incluye un componente crucial: la creación de fuerzas de estabilización que entrenen y apoyen a las fuerzas policiales palestinas en Gaza. Sin embargo, el rey Abdalá ha señalado que el enfoque debe ser el apoyo a las fuerzas locales, en lugar de una intervención militar directa. Jordania y Egipto, según el rey, están dispuestos a colaborar en el entrenamiento de las fuerzas policiales palestinas, pero este proceso requerirá tiempo y un enfoque cuidadoso para evitar una escalada de la violencia.
La historia de Jordania con respecto a los palestinos es compleja. Más de la mitad de la población jordana es de origen palestino, y el país ha acogido a millones de refugiados palestinos a lo largo de las décadas. Esta realidad hace que cualquier intervención militar en Gaza sea un tema delicado para Jordania, que ya está profundamente implicada en la política de la región. “Si nos encontramos patrullando Gaza con armas, esa no es una situación en la que ningún país quisiera verse involucrado”, reiteró el rey, subrayando la necesidad de un enfoque que priorice la estabilidad y la paz.
La negativa de Israel a la intervención turca
Por otro lado, la situación se complica aún más con la negativa de Israel a permitir la entrada de tropas turcas en Gaza. El ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, ha declarado que no aceptarán la participación de fuerzas turcas en la fuerza de estabilización, citando las posturas hostiles del Gobierno turco. “No se puede esperar de nosotros que hagamos posible que sus fuerzas armadas entren en territorio de Gaza”, afirmó Saar, dejando claro que Israel tiene la intención de controlar qué fuerzas extranjeras pueden operar en la región.
Este desacuerdo resalta las tensiones existentes entre Israel y Turquía, así como la dificultad de alcanzar un consenso en torno a la intervención internacional en Gaza. El plan de paz de Trump, que busca establecer una Fuerza Internacional para la seguridad interna de Gaza, se enfrenta a múltiples obstáculos, incluyendo la falta de acuerdo sobre qué países deberían participar y bajo qué condiciones.
El rey Abdalá también se mostró escéptico sobre la capacidad de Hamas para renunciar a su papel político en Gaza. Aunque expresó que Catar y Egipto son optimistas sobre el cumplimiento de este compromiso por parte de Hamas, la realidad en el terreno sugiere que la situación es mucho más complicada. “Si no resolvemos este problema, si no encontramos un futuro para israelíes y palestinos, y una relación entre el mundo árabe y musulmán e Israel, estamos condenados”, advirtió el monarca, reflejando la urgencia de encontrar una solución duradera.
La preocupación internacional por el conflicto
Los comentarios del rey Abdalá II también reflejan la creciente preocupación de Estados Unidos y otras naciones sobre la posibilidad de verse arrastrados a un conflicto más amplio entre Israel y Hamas, o incluso a una guerra interna entre Hamas y otros grupos palestinos. La comunidad internacional observa con atención los desarrollos en Gaza, conscientes de que cualquier escalada de la violencia podría tener repercusiones significativas en la estabilidad de la región.
A medida que el proceso de paz avanza, la necesidad de un enfoque colaborativo y diplomático se vuelve cada vez más evidente. La intervención militar, tal como se ha planteado, podría no ser la solución adecuada para un conflicto tan arraigado y complejo. La historia de la región, las dinámicas políticas y las realidades sobre el terreno deben ser consideradas cuidadosamente para evitar un desenlace que podría ser perjudicial para todos los involucrados.
