El partido ultraortodoxo Shas ha tomado una decisión drástica al anunciar su retiro de todos los cargos dentro de la coalición que ocupa en la Kneset. Esta medida se produce como una forma de protesta ante la falta de avances en la legislación que regula el reclutamiento de los estudiantes de yeshivá. La situación ha generado un ambiente de tensión en el gobierno de Netanyahu, que depende del apoyo de los partidos ultraortodoxos para mantener su estabilidad.
La decisión de Shas no es un hecho aislado; el partido ya había abandonado algunos cargos dentro de la coalición en julio pasado, buscando aumentar la presión sobre el primer ministro para que se apruebe una nueva ley que regule las exenciones militares para los ultraortodoxos. Con este nuevo anuncio, Shas ha dejado claro que no regresará a sus posiciones hasta que se redacte y apruebe la ley que consideran esencial. Esto implica que sus diputados ya no presidirán importantes comités como el de Educación, Salud y Brechas Sociales, aunque el partido ha afirmado que no abandonará completamente la coalición ni votará a favor de derrocar al Gobierno.
La postura de Shas se basa en una directiva del Consejo de Sabios de la Torá, que establece que el gobierno debe llevar a votación la ley para regular el estatus de los estudiantes de yeshivá antes del inicio de la sesión de invierno de la Kneset. Sin embargo, hasta la fecha, esta directiva no ha sido implementada, lo que ha llevado al partido a tomar medidas más contundentes. En un comunicado, Shas ha expresado su compromiso de continuar luchando contra lo que consideran una campaña política de persecución hacia los estudiantes de yeshivá, quienes dedican su tiempo al estudio de la Torá.
### La Exención Militar y sus Implicaciones
La exención del servicio militar para los judíos ultraortodoxos ha sido un tema de controversia en Israel durante décadas. Este grupo considera que su contribución al país se realiza a través del estudio de textos sagrados, y temen que el servicio militar debilite su conexión con la religión. Esta situación ha generado profundas divisiones en la sociedad israelí, donde muchos ciudadanos consideran injusto que se otorguen concesiones a un grupo que no participa en el servicio militar obligatorio. Además, la percepción de que los ultraortodoxos reciben subsidios para estudiar en lugar de trabajar ha alimentado aún más el descontento entre la población.
La relación entre el gobierno de Netanyahu y los partidos ultraortodoxos es compleja. Estos partidos han sido aliados clave para el primer ministro, quien ha dependido de su apoyo para mantenerse en el poder. Sin embargo, la reciente decisión de Shas pone de manifiesto las tensiones existentes dentro de la coalición. La situación se complica aún más tras un fallo judicial que dictaminó que el gobierno israelí debe reclutar a los ultraortodoxos mientras no exista una nueva ley que contemple las exenciones. A pesar de los esfuerzos del gobierno, no se ha encontrado una solución legal que satisfaga a todas las partes involucradas, lo que ha llevado al descontento entre los aliados de coalición.
### Reacciones y Futuro Político
La decisión de Shas ha generado reacciones diversas en el ámbito político israelí. Algunos analistas consideran que este movimiento podría debilitar la posición de Netanyahu, quien ya enfrenta múltiples desafíos en su gobierno. La falta de una solución clara sobre el reclutamiento de los ultraortodoxos podría llevar a una mayor inestabilidad en la coalición, especialmente si otros partidos deciden seguir el ejemplo de Shas.
Por otro lado, el partido ultraortodoxo ha dejado claro que su intención no es derrocar al gobierno, sino más bien forzar un cambio en la legislación que consideran vital para su comunidad. La promesa de regresar a sus cargos en el gobierno una vez que se resuelva el estatus de los estudiantes de yeshivá sugiere que Shas está dispuesto a negociar, pero solo bajo condiciones que sean favorables para ellos.
La situación actual en la Kneset refleja las complejidades de la política israelí, donde las alianzas son frágiles y las tensiones entre diferentes grupos pueden llevar a crisis inesperadas. A medida que se acerca la sesión de invierno de la Kneset, todos los ojos estarán puestos en cómo se desarrollarán los acontecimientos y si se logrará alcanzar un consenso que satisfaga a todas las partes involucradas.
