Joan Subirats, exministro de Universidades y catedrático, ha compartido su visión sobre la actual crisis de credibilidad en las democracias, especialmente en Europa. Durante su reciente visita a la Universidad de Deusto en San Sebastián, Subirats abordó la creciente desafección hacia la política y la necesidad de una redistribución de la riqueza como solución a este fenómeno.
La salud de la democracia se encuentra en un estado crítico, según Subirats. La pérdida de confianza y legitimidad en las instituciones democráticas es palpable, y se ha visto agravada por un contexto económico que, aunque presenta crecimiento, no se traduce en mejoras en la calidad de vida de la población. Esto ha generado un sentimiento de bloqueo social, donde los jóvenes sienten que su esfuerzo no se ve recompensado. La percepción de que el trabajo duro no garantiza un futuro mejor es un factor que contribuye a la desafección política.
Para Subirats, la democracia no se limita a votar cada cuatro años; debe implicar un compromiso continuo con la igualdad y la dignidad de todos los ciudadanos. La falta de cumplimiento de estas promesas ha llevado a un deterioro de la confianza en el sistema. En este sentido, el catedrático enfatiza la importancia de reforzar las políticas redistributivas, que deben ir acompañadas de una reducción de la burocracia y un aumento en la recaudación fiscal.
### La Individualización y la Pérdida de Comunidad
Uno de los problemas que Subirats identifica es la creciente individualización de la sociedad. Los espacios comunitarios tradicionales, como la familia, el trabajo y los barrios, han perdido su fuerza. Las familias se han vuelto más pequeñas y fragmentadas, y la movilidad de las personas ha aumentado, lo que ha debilitado los lazos sociales. Esta tendencia ha llevado a una mentalidad de «sálvese quien pueda», donde cada individuo se preocupa principalmente por su propia situación.
El catedrático también señala que las nuevas generaciones han cambiado su percepción del trabajo. La idea de un empleo estable y duradero ha sido reemplazada por una realidad de discontinuidades laborales. Esto, junto con la evolución de las formas de comunicación, ha contribuido a una relación más individualista entre las personas. La tecnología, aunque facilita la conexión, también ha promovido una forma de interacción que a menudo es superficial y aislante.
### La Respuesta de la Izquierda ante la Crisis
En el contexto de esta crisis de confianza, Subirats reflexiona sobre el papel de la izquierda política. A su juicio, ha habido una desviación hacia temas de identidad y diversidad que ha apartado a los sectores progresistas de las cuestiones materiales que realmente afectan a la vida de las personas. La lucha por la igualdad no debe ser incompatible con el reconocimiento de la diversidad; sin embargo, es crucial que la izquierda vuelva a centrarse en mejorar las condiciones de vida de la población.
Subirats menciona ejemplos de políticas que podrían marcar la diferencia, como la propuesta de guarderías gratuitas y transporte accesible. Estas iniciativas no solo abordan la desigualdad económica, sino que también fomentan un sentido de comunidad y apoyo mutuo. La idea de que los trabajadores no puedan llegar a fin de mes es inaceptable, y es fundamental que se implementen políticas que garanticen un salario digno y condiciones de vida adecuadas.
En cuanto a la situación política actual, Subirats expresa su confianza en que Pedro Sánchez podrá resistir hasta el final de la legislatura. Conoce bien el carácter del presidente y cree que está comprometido con las políticas que benefician a la sociedad. La alternativa a su gobierno, en su opinión, es preocupante, especialmente con el auge de la extrema derecha.
La crítica a la izquierda por su enfoque en temas de identidad es un punto que Subirats considera relevante. La atención excesiva a estos temas ha desviado la atención de las cuestiones materiales que afectan a la vida cotidiana de las personas. La lucha por la igualdad debe ser el núcleo de la agenda política, y es esencial que se aborden las preocupaciones económicas de la población.
En resumen, la reflexión de Joan Subirats sobre la crisis de credibilidad en las democracias contemporáneas pone de manifiesto la necesidad de un cambio en la forma en que se aborda la política. La redistribución de la riqueza, el fortalecimiento de las comunidades y el enfoque en las condiciones materiales de vida son aspectos fundamentales para recuperar la confianza en el sistema democrático. La política debe volver a centrarse en las necesidades de la gente, asegurando que todos tengan la oportunidad de prosperar en un entorno de igualdad y dignidad.