La radioterapia ha sido un pilar fundamental en el tratamiento del cáncer durante décadas, pero la búsqueda de métodos más efectivos y menos dañinos para los tejidos sanos ha llevado a la investigación de nuevas tecnologías. Un avance significativo en este campo ha sido el desarrollo de detectores de partículas ultrarresistentes a la radiación, diseñados por el Instituto de Microelectrónica de Barcelona del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (IMB-CNM-CSIC). Este nuevo sistema no solo es más económico que los convencionales, sino que también promete mejorar la precisión en la medición de dosis en un tipo innovador de radioterapia conocido como FLASH.
### Avances en la Radioterapia FLASH
La radioterapia FLASH se basa en la administración de dosis de radiación extremadamente altas en un tiempo muy corto, generalmente en fracciones de segundo. Este enfoque tiene como objetivo minimizar el daño a los tejidos sanos que rodean el tumor, un problema común en la radioterapia convencional. Los ensayos preclínicos han demostrado que este método reduce la probabilidad de complicaciones a largo plazo en órganos sanos, lo que representa un avance significativo en el tratamiento del cáncer.
Los investigadores del IMB-CNM-CSIC han estado trabajando en un proyecto llamado DOSIFLASH, financiado por la Fundación La Caixa, que busca implementar estos detectores en hospitales. La clave de la radioterapia FLASH es la capacidad de medir las dosis de radiación a tasas ultrarrápidas, algo que los dosímetros convencionales no pueden lograr debido a su saturación o daño bajo condiciones extremas. Actualmente, la dosimetría en FLASH se realiza principalmente con dosímetros pasivos, que requieren largos tiempos de análisis, lo que limita su eficacia en un entorno clínico.
### Innovación en Dosimetría: Carburo de Silicio como Alternativa
El IMB-CNM-CSIC ha desarrollado nuevos dosímetros utilizando carburo de silicio (SiC), un material que ofrece una resistencia comparable a la del diamante, pero a un costo mucho más accesible. Este avance es crucial, ya que los dosímetros de diamante son extremadamente costosos y poco prácticos para la fabricación en masa. La investigadora Consuelo Guardiola, líder del proyecto DOSIFLASH, ha destacado que el objetivo es crear dispositivos que soporten las altas dosis de radiación en microsegundos y que sean económicamente viables para su producción a gran escala.
El uso de diodos de SiC para la dosimetría FLASH comenzó con la científica Celeste Fleta, quien inició esta línea de investigación en el marco de un proyecto europeo. Desde entonces, se han realizado experimentos en varios centros de investigación, incluyendo el Centro Nacional de Aceleradores en Sevilla y el Instituto Curie en Francia. Estos experimentos han demostrado que los nuevos dosímetros pueden medir dosis de hasta 25 Gray por pulso, lo que representa un avance significativo en comparación con las sesiones de radioterapia convencional, que suelen ser de aproximadamente 2 Gray.
Además, los investigadores han logrado medir la forma y distribución del haz de radiación en tiempo real, lo que es un hito en la dosimetría de radioterapia. Este avance no solo mejora la precisión del tratamiento, sino que también permite una mejor planificación y adaptación de los tratamientos clínicos a las necesidades específicas de cada paciente.
Los próximos pasos en este proyecto incluyen la validación de cientos de dosímetros con una electrónica multicanal y el desarrollo de una interfaz gráfica que permita visualizar las distribuciones de dosis en tiempo real. Esto es fundamental para integrar esta información en los planes de tratamiento clínicos, lo que podría revolucionar la forma en que se administra la radioterapia en el futuro.
La meta final es crear un monitor de dosis en tiempo real que sea funcional y accesible, lo que facilitaría la implementación de la terapia FLASH en hospitales y clínicas. Este avance no solo tiene el potencial de mejorar la eficacia de los tratamientos de cáncer, sino que también podría mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes al reducir los efectos secundarios asociados con la radioterapia convencional. La investigación en este campo continúa avanzando, y los resultados prometen un futuro más brillante para los pacientes que enfrentan el cáncer.