Asturias enfrenta una grave crisis de incendios forestales, con un total de ocho fuegos activos en la región. De estos, cuatro se encuentran en estado crítico, mientras que otros cuatro han sido controlados, aunque continúan bajo vigilancia por parte de los Bomberos del SEPA y la guardería de Medio Natural. La atención se centra especialmente en el incendio de Genestoso, ubicado en Cangas del Narcea, donde se han implementado técnicas de fuego controlado durante la noche para proteger la población cercana.
Los esfuerzos de extinción están siendo coordinados por un amplio dispositivo que incluye la Brigada de Refuerzo de Incendios Forestales (BRIF) de Tineo, la Unidad Militar de Emergencias (UME), Bomberos del SEPA y cuadrillas de la empresa forestal Valledor. Este equipo trabaja desde el Puesto de Mando Avanzado del concejo, bajo la dirección de un Jefe de Zona de Bomberos. A lo largo del día, se prevé que continúen las labores en Genestoso, donde se ha identificado un nuevo foco al este que será atacado por los helicópteros del SEPA, siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan.
La situación de los incendios en Asturias no es nueva. Cada año, la región se enfrenta a esta problemática, y muchos ciudadanos han expresado su frustración ante la falta de planificación y recursos para combatir estos desastres. Las críticas apuntan a la desorganización y la improvisación que parecen caracterizar la respuesta ante los incendios, lo que ha llevado a una repetición de la crisis sin que se tomen medidas efectivas para prevenirla. En redes sociales, se han compartido mensajes que reflejan esta preocupación, señalando que la falta de responsabilidad y acción ha dejado a la población vulnerable ante el riesgo de incendios.
Los incendios activos también se han reportado en Bezanes (Caso), Faedo (Quirós) y Camarmeña (Cabrales), donde la Ruta del Cares permanece cerrada debido a la situación. Estas áreas son de difícil acceso, lo que complica aún más las labores de extinción. Los incendios afectan principalmente a matorral, lo que aumenta la dificultad para controlar su propagación. Entre los incendios que han sido controlados se encuentran tres en Cangas del Narcea y dos en Coaña, abarcando zonas como Vallado, La Pachina, Cobos, Lebredo, Medal y Loza.
La situación se agrava por las condiciones climáticas adversas. Asturias se encuentra en riesgo extremo de incendios forestales debido a las altas temperaturas, el viento sur y la baja humedad. Ante esta situación, los operativos se centran en asegurar, enfriar y consolidar los perímetros de los incendios para evitar que se reproduzcan. Además, se han desplazado equipos de vigilancia a Degaña y Ponga para controlar la zona limítrofe con incendios en la provincia de León.
El SEPA ha emitido un recordatorio a la población para que extremen las precauciones y cumplan con la normativa vigente. Está prohibido encender fuego, realizar quemas, utilizar material pirotécnico o maquinaria en zonas forestales, así como acceder a áreas de riesgo. Estas medidas son cruciales para minimizar el riesgo de nuevos incendios y proteger tanto a la población como al medio ambiente.
La comunidad asturiana se enfrenta a un desafío significativo en la lucha contra los incendios forestales. La combinación de factores climáticos, la falta de recursos y la necesidad de una mejor planificación son aspectos que deben abordarse urgentemente. La colaboración entre las autoridades, los servicios de emergencia y la población es esencial para mitigar el impacto de estos desastres y garantizar la seguridad de todos. La experiencia de años anteriores debería servir como un llamado a la acción para implementar estrategias más efectivas y sostenibles en la gestión de incendios forestales en Asturias.