El 8 de agosto de 2000, la vida de Joxe Mari Korta fue truncada de manera brutal por un atentado de ETA, marcando un hito doloroso en la historia reciente del País Vasco. A 25 años de su asesinato, su legado sigue vivo en la memoria colectiva, no solo como un empresario destacado, sino como un símbolo de dignidad y resistencia frente al terrorismo. Juan José Álvarez, catedrático de Derecho Internacional y amigo cercano de Korta, ha compartido su visión sobre la vida y el impacto que tuvo este hombre en su comunidad y en el ámbito empresarial.
La figura de Joxe Mari Korta se caracteriza por su compromiso con la sociedad y su rechazo a la violencia. A lo largo de su vida, Korta se destacó por su dedicación a la creación de riqueza social a través de su empresa familiar, un taller de muebles de cocina que se convirtió en un referente en la zona. Su pasión por el trabajo y su respeto hacia los demás lo convirtieron en un líder natural, admirado por sus empleados y colegas. Álvarez recuerda cómo Korta siempre buscaba el diálogo y la negociación, evitando el conflicto a toda costa. «Era un hombre que practicaba lo que predicaba», señala Álvarez, enfatizando la humildad y el compromiso de Korta con su comunidad.
### La Dignidad Frente al Terrorismo
El asesinato de Korta no solo fue un ataque a un individuo, sino un ataque a los valores de convivencia y respeto que él representaba. En una época en la que la violencia y el miedo dominaban la vida cotidiana en el País Vasco, Korta se negó a ceder ante el chantaje de ETA. «Nunca quiso llevar escolta», recuerda Álvarez, subrayando la valentía de Korta al enfrentarse a la amenaza terrorista sin renunciar a su libertad ni a su vida. Esta decisión le costó la vida, pero su legado perdura como un ejemplo de dignidad personal frente a la barbarie.
La irracionalidad del terrorismo se refleja en la pregunta que Álvarez plantea: «¿Qué había hecho Joxe Mari para ser objetivo de los terroristas?» La respuesta es clara: trabajar incansablemente por su comunidad y contribuir al bienestar social. Korta no era un político ni un activista; era un empresario que, a través de su trabajo, buscaba mejorar la vida de quienes le rodeaban. Sin embargo, su compromiso con la paz y la cooperación lo convirtió en un blanco para aquellos que defendían la violencia como medio de lucha.
### La Memoria de un Hombre Comprometido
La figura de Joxe Mari Korta también resalta la lucha diaria de muchos vascos que, como él, enfrentaron la extorsión y el miedo. En aquellos años oscuros, muchos empresarios se debatían entre huir o quedarse, entre ceder al miedo o resistir. Korta eligió quedarse, y su decisión fue un acto de valentía que resonó en su comunidad. «¿Cómo iba a huir, cómo iba siquiera a plantearse dejar su pueblo, su familia, su empresa?», se pregunta Álvarez, enfatizando la conexión profunda que Korta tenía con su entorno.
El impacto de su asesinato fue devastador. La explosión que acabó con su vida no solo destruyó su cuerpo, sino que también dejó una herida profunda en la comunidad. Korta era un hombre querido, un amigo, un padre y un esposo. Su muerte dejó a su familia y a sus empleados en un estado de shock, enfrentándose a la realidad de un mundo donde la violencia podía arrebatarles a sus seres queridos en un instante.
A medida que se conmemoran los 25 años de su asesinato, es fundamental recordar no solo la tragedia de su muerte, sino también la vida que llevó y los valores que defendió. Korta es recordado como un hombre de principios, un empresario que cumplía con sus obligaciones fiscales y que creía en la solidaridad social. Su legado es un recordatorio de que la dignidad y la resistencia son más poderosas que el miedo y la violencia.
La historia de Joxe Mari Korta es un testimonio de la lucha por la paz y la convivencia en un contexto de violencia. Su vida y su muerte nos invitan a reflexionar sobre la importancia de la dignidad personal y el compromiso social. En un mundo donde el terrorismo y la violencia aún persisten, su legado sigue siendo relevante, recordándonos que la verdadera fortaleza radica en la capacidad de resistir y construir un futuro mejor para todos.