La reciente cumbre entre los gobiernos vasco y central ha dejado un sabor agridulce en el ámbito político de Euskadi. Aunque se lograron avances significativos en la transferencia de competencias, la gestión de las prestaciones y subsidios de desempleo sigue siendo un punto de fricción. La falta de acuerdo en este aspecto ha llevado a los líderes del Partido Nacionalista Vasco (PNV) y del Partido Socialista de Euskadi (PSE-EE) a señalar a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, como responsable del estancamiento en las negociaciones.
### Avances y Desacuerdos en la Cumbre
Durante la reunión, se acordó la transferencia de las prestaciones familiares no contributivas y del seguro escolar, lo que representa un paso adelante en la gestión de la Seguridad Social en Euskadi. Sin embargo, la cuestión más crítica, que involucra la gestión de 800 millones de euros anuales en prestaciones de desempleo, sigue sin resolverse. Esta situación ha generado descontento en el lehendakari, quien expresó su insatisfacción en la sala de prensa de La Moncloa, señalando que, aunque Pedro Sánchez mostró voluntad política para avanzar, existen obstáculos que deben ser superados.
El lehendakari hizo hincapié en la necesidad de que el presidente del Gobierno central «ponga orden» en su gabinete para facilitar el traspaso de competencias. En sus declaraciones, mencionó que las «concepciones centralistas» están obstaculizando el proceso, lo que ha llevado a un clima de tensión entre los diferentes actores políticos involucrados.
Por su parte, el vicelehendakari y consejero de Empleo, Mikel Torres, también ha apuntado a la ministra Díaz como una de las principales responsables del bloqueo. A pesar de que el PSE-EE ha manifestado su voluntad de resolver el desacuerdo, las reticencias parecen provenir más del Ministerio de Trabajo que del propio Gobierno del PSOE. Esta situación ha llevado a que el PNV y el PSE-EE coincidan en la necesidad de una solución rápida para evitar que la gestión de las prestaciones de desempleo siga en manos del Estado.
### La Influencia de los Sindicatos en el Proceso
Otro aspecto relevante en este conflicto es la influencia de los sindicatos CC OO y UGT, que han sido acusados de presionar en contra del traspaso de competencias. Según los líderes del PNV, estos sindicatos temen que la transferencia de las prestaciones de desempleo pueda afectar la «caja única» y generar diferencias entre los trabajadores del Estado y los de Euskadi. Esta percepción ha sido rechazada por los representantes del PNV, quienes argumentan que las prestaciones de desempleo son un derecho que debe ser gestionado por el Gobierno vasco, tal como se establece en el artículo 10 del Estatuto de Autonomía del País Vasco.
Maribel Vaquero, portavoz del PNV en el Congreso, ha enfatizado que la responsabilidad del desacuerdo no recae únicamente en el Ministerio de Trabajo, sino que es un problema que afecta a todo el Gobierno. En este sentido, ha recordado que el acuerdo de investidura firmado en 2023 con el PSOE incluye la culminación de los traspasos pendientes para finales de este año, lo que vincula a todos los miembros del Ejecutivo, independientemente de su afiliación política.
La situación actual ha llevado a que Díaz y los sindicatos se conviertan en los nuevos «enemigos» del nacionalismo vasco en su histórica lucha por asumir la gestión de la Seguridad Social. Este conflicto no es nuevo; en el pasado, otros ministros, como José Luis Escrivá, también fueron considerados obstáculos en este proceso. La percepción de un «afán centralizador» por parte de algunos sectores del Gobierno ha alimentado aún más las tensiones entre las diferentes partes involucradas.
A medida que se acercan las fechas límite para resolver este desacuerdo, la presión sobre el Gobierno central y la ministra Díaz aumentará. La gestión de las prestaciones de desempleo es un tema crucial para la población vasca, y su resolución podría tener un impacto significativo en la relación entre Euskadi y el Gobierno central. La falta de acuerdo en este ámbito no solo afecta a las instituciones políticas, sino que también repercute en la vida cotidiana de los ciudadanos que dependen de estas prestaciones para su bienestar.
En resumen, la situación actual en torno al traspaso de la gestión de la Seguridad Social en Euskadi es un reflejo de las complejidades políticas que enfrenta el país. Con un panorama lleno de tensiones y desacuerdos, el futuro de la gestión de las prestaciones de desempleo en Euskadi sigue siendo incierto, y todos los ojos están puestos en cómo se desarrollarán las negociaciones en los próximos meses.