Emmanuel Macron, el presidente de Francia, ha tomado una postura audaz y significativa en relación con el legado colonial del país. Desde su llegada al Elíseo en 2017, ha manifestado su intención de abordar los aspectos más oscuros de la historia francesa, incluyendo la colonización, que él mismo ha calificado como un «crimen contra la humanidad». Esta declaración, hecha en Argel, marcó el inicio de un enfoque más consciente y reparador hacia las naciones que sufrieron el expolio cultural y material durante el periodo colonial.
Recientemente, la Asamblea Nacional de Francia aprobó una ley que permitirá la devolución a Costa de Marfil de un tambor parlante conocido como Djidji Ayokvé. Este objeto, que tiene un valor cultural y espiritual incalculable, fue confiscado por las autoridades coloniales francesas en 1916 y trasladado a París. La decisión de devolver el tambor, que mide más de tres metros de largo y pesa 430 kilos, representa un hito en la política de restitución cultural y un reconocimiento de las injusticias históricas.
### La Importancia del Tambor Djidji Ayokvé
El tambor Djidji Ayokvé no es solo un instrumento musical; es un símbolo de la comunicación y la resistencia del pueblo atchan (o ebrié) de Costa de Marfil. Este tambor, que se elaboró a partir de un solo trozo de madera en el siglo XIX, tenía la capacidad de ser escuchado a más de 20 kilómetros de distancia. Su función era alertar a la comunidad sobre peligros inminentes, como el reclutamiento militar y los trabajos forzados impuestos por los colonizadores franceses. En este sentido, el tambor no solo servía como un medio de comunicación, sino que también era un instrumento de resistencia cultural.
Durante la época colonial, cuando las tropas francesas llegaban a las aldeas, el sonido del tambor era un aviso para que los hombres huyeran y se ocultaran, lo que demuestra su eficacia como herramienta de defensa comunitaria. Sin embargo, el tambor sufrió un deterioro significativo durante su tiempo en manos coloniales, expuesto a las inclemencias del tiempo y a la falta de cuidado. A pesar de los esfuerzos de restauración en los museos franceses, el Djidji Ayokvé ya no puede ser considerado un tambor parlante en su forma original.
### Un Cambio en la Política Cultural Francesa
La reciente votación en la Asamblea Nacional, que se llevó a cabo con 111 votos a favor y ninguno en contra, es un reflejo de un cambio más amplio en la política cultural de Francia. La ministra de Cultura, Rachida Dati, anunció que se presentará una iniciativa legislativa para establecer un marco general que regule la restitución de bienes culturales a los países que fueron expoliados. Hasta ahora, las devoluciones se han manejado de manera individual, como en los casos de Benín y Senegal, lo que ha generado un debate sobre la necesidad de un enfoque más sistemático.
El relator de la nueva ley, Bertrand Sorre, subrayó que la devolución del tambor contribuirá a reparar las injusticias cometidas durante la época colonial. Esta perspectiva fue respaldada por otros miembros del Parlamento, quienes enfatizaron que la restitución no solo es un acto simbólico, sino también un paso hacia la justicia histórica. La diputada socialista Fatiha Keloua Hachi destacó que el Parlamento francés está realizando un acto de reparación y justicia, lo que indica un reconocimiento de las heridas abiertas por el colonialismo.
El debate en la Asamblea también incluyó voces de representantes de territorios de ultramar, quienes señalaron que, a pesar de ser parte de la República Francesa, aún enfrentan las consecuencias económicas y sociales de la herencia colonial. El diputado de la Guayana Francesa, Jean-Victor Castor, argumentó que el colonialismo francés sigue presente en la vida de estas comunidades, lo que resalta la necesidad de un enfoque más inclusivo y reparador en la política cultural del país.
### Restituciones Culturales en el Mandato de Macron
Desde que Macron asumió la presidencia, ha habido un aumento en las iniciativas de restitución cultural. Además del tambor de Costa de Marfil, se han devuelto otros objetos significativos, como un sable a Senegal y piezas del tesoro del antiguo reino de Dahomey a Benín. En 2020, Argelia recibió 24 calaveras de rebeldes que fueron fusilados por las tropas francesas en 1849, lo que marcó un momento importante en la reconciliación histórica entre Francia y Argelia.
Estas acciones no solo buscan reparar el daño causado por el colonialismo, sino que también reflejan un cambio en la percepción de la cultura y el patrimonio en Francia. La restitución de bienes culturales es un paso hacia la reconciliación y el reconocimiento de las injusticias pasadas, y el tambor Djidji Ayokvé es un símbolo poderoso de este movimiento hacia la reparación y la justicia cultural.